John Carter: entre dos mundos

Crítica de Miguel Frías - Clarín

De la guerra acá a la guerra en Marte

Un humano del siglo XIX lucha en un Marte dividido. Basada en la obra de Edgar Rice Burroughs.

Máxima futbolera: no hay que confundir dinámica con vértigo.

John Carter... tiene lo segundo: avanza, aluvional, sin que nadie haga una pausa. Alguien podrá decir que se trata de una película de acción pura. Bien, el problema es que su trama, que no es lo mismo que su acción, se bifurca a un ritmo que no parece del todo justificado y que no permite mayor empatía con los personajes. En este aspecto, esta megaproducción termina siendo plana.

Claro que hablamos de un producto de uno de los fundadores de Pixar, Andrew Stanton, director de Buscando a Nemo y Wall-E , que hace su debut en un filme que combina animación y actores. La película tiene, como podríamos esperar, hallazgos visuales -más vinculados a la ambientación “retrofuturista” que al uso del 3D- y búsquedas, como la de combinar géneros y estilos, y encarar una historia en la que los marcianos no son invasores sino seres en conflicto interno, autodestructivos: una suerte de espejo nuestro.

John Carter..., personaje creado en 1911 por Edgar Rice Burroughs, autor de Tarzán , empieza como un western y se transforma en un filme de ciencia ficción; tiene mucho de películas de gladiadores y también de fábula de guerreros y princesas; oscila entre la Tierra y Marte; podríamos decir, también, que entre el siglo XIX, el XX y, por qué no, el XXI; se apoya de lleno en la acción, pero no carece de destellos de lirismo. En definitiva: un eclecticismo que por momentos causa fascinación y, por otros, la sensación de estar ante un híbrido, una especie de pegatina de distintos episodios de un cómic (esta obra de Burroughs fue publicada como serial por entregas y como libro).

La historia empieza cuando un veterano de la Guerra de Secesión, el capitán John Carter (Taylor Kitsch, que saltó a la fama en la serie Friday Night Lights ), se esconde en una caverna, en medio de un enfrentamiento entre soldados y apaches. Un rato después, aparece en Marte. Como si no pudiera escaparse de su destino, deberá seguir participando en guerras internas. En su nuevo planeta se enfrentan seres muy parecidos a los humanos, y también criaturas raras que alternan -como nosotros- entre lo noble y lo miserable.

Carter, un renegado en la Tierra, irá transformándose en un héroe extranjero y extraño. La épica bélica, y la romántica, transcurrirá en una geografía polvorienta, abierta, natural, en la que los efectos especiales no lucirán abrumadores ni impostados: un acierto.