Jobs

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

Lo que menos tiene la biografía de Steve Jobs es innovación. Y eso, considerando la fama del hombre que retrata la película, es poco menos que imperdonable. Se trata de una biografía cinematográfica a la antigua, de las que casi no se hacen más (tampoco se puede hablar de telefilme, porque ni los telefilmes se hacen así ya) y que consta en mostrar los grandes e importantes episodios de una persona, casi a la manera de santo o martir.

Lo único diferente que la película se atreve a hacer es mostrar ciertos aspectos no del todo amables del creador de Apple (su egoísmo y falta de escrúpulos en muchos aspectos, su dificultad momentánea a la hora de reconocer a su primera hija, Lisa), pero tampoco profundiza demasiado en ellos. Son convenciones actualizadas de las biopics de los años ’30, no mucho más que eso.

Otro problema que tiene el filme, uno que en este caso no me molesta, es que más que una biografía de Jobs es una historia de Apple. No sólo porque no se muestra casi nada de los trabajos de Jobs para otras compañías (como Pixar, nada menos), sino porque casi no profundiza en su vida fuera de lo laboral y lo que se muestra de ella sólo está para volver a conectarlo con lo profesional. Digo que eso no me molesta -en este caso- porque, tomando en cuenta el flojo nivel de la película en general y del guión en particular, creo que habría sido peor contar demasiado de su vida privada. De hecho, cuando uno se da cuenta que el filme no es demasiado creativo ni interesante, lo mejor que puede hacer es refugiarse en el universo Apple y verlo casi como una serie de “grandes momentos” en la evolución de las computadoras.

jobs2Lo mejor que se puede hacer con los más de 130 minutos de JOBS es verlos desde ese lado, analizando la relación entre los nerds de los ’70 que inventaron las computadoras personales y cómo se conviertieron en multimillonarios egocéntricos, ver los cambios culturales que se produjeron alrededor (casi todo el filme transcurre en la era pre-internet y termina con el lanzamiento en 2001 del primer iPod) y, más que nada, disfrutar observando los cambios tecnológicos, de las primeras Apple a las Macs transparentes, pasando por la vieja y fallida Apple Lisa y las primeras Macs. Todo un viaje en el tiempo, al menos para los que nos fascina ese universo.

Si los detalles de época no están mal, habrá que decir que el problema de la película tampoco es Ashton Kutcher. Si bien su performance nunca pasa del todo de la imitación (especialmente notable en la forma saltarina de caminar de Jobs), es una actuación digna, aceptable y medida. Y lo mismo pasa con el resto de los amigos/socios/adversarios de Jobs a lo largo de su carrera. El problema es otro y tiene que ver con una estructura narrativa trillada, escenas con grandes momentos musicalizados y llenas de revelaciones “importantes”.

jobs3La película recorre y no detalla, está organizada como una rutinaria nota periodística sobre el tema, una llena de datos que podría estar escrita por un redactor apurado para sacarse el asunto de encima, consultando Wikipedias y otras fuentes de información online. El problema, parecería, es que ese redactor/guionista nunca entendió que su nota/guión necesitaba algún tipo de eje, de punto de vista. Y el editor/director, evidentemente, tampoco supo dárselo.

Y si hay algo que la película deja en claro respecto de Steve Jobs es su obsesión por la presentación de sus productos y por la innovación tecnológica y estética, por pensar en desafíos a futuro, por resolver problemas aún no planteados en la industria. Siguiendo los razonamientos que hacía el propio Jobs, la película sobre su vida parece haber sido hecha por Microsoft.