Jeepers Creepers: El regreso

Crítica de Pablo Sebastián Pons - Proyector Fantasma

EL REGRESO MENOS ESPERADO
Hay que hurgar profundo en la lista de los estrenos argentinos de este año – y probablemente los anteriores también – para encontrar alguna película como Jeepers Creepers: El Regreso. Escasamente lúcida, mal ejecutada, con varios momentos torpemente solemnes y de una excesiva auto-importancia, esta entrega no acierta ninguna de las tramas – ni la general ni las secundarias – que plantea.

Con guión y dirección de Victor Salva, la tercera de la saga – situada temporalmente entre la 1 y la 2 – nos trae al sheriff Dan Tashtego (Stan Shaw) y al sargento Davis Tubbs (Brandon Smith) uniendo fuerzas contra la, una vez mas escalada mortal del Creeper (Jonathan Breck) que despues de 23 años, vuelve durante 23 días a saciar su hambre.

A pesar de tener un comienzo prometedor, con una correcta profundidad de campo, una secuencia con el Creeper estoíco y con más preguntas que respuestas, Jeepers Creepers rápidamente derrapa con una certeza admirable y es sólo a partir de este momento en el que el espectador sentirá algo de libertad: puede elegir qué porción le pareció mas rídicula.

No sería cinefilamente para nada desleal criticar duramente la pobreza de sus efectos especiales, cuya calidad probablemente se relacionen más con el presupuesto que con la impericia, pero es necesario advertir que no alcanzan un mínimo de verosímil en ningún momento. Sería también perder el foco concentrarse en una narrativa que atenta directamente con la empatía con los personajes y el entendimiento general y que, en este apartado, las elipsis inexplicables y las sub-tramas torpemente desarrolladas compiten palmo a palmo con las de Escuadrón Suicida (David Ayer, 2016). Y eso es mucho decir.

Porque hasta aquí estamos hablando de las características de una película clase B, o sea, con el carisma del inverosimil, y un argumento lúdico, que juega consigo mismo y sobre todo con el espectador, y entonces la indulgencia se hace obligatoria. Sin embargo, Salva se toma muy en serio a si mismo y a su obra. Basta ver esa trama dura llena de personajes que buscan redención a través de la venganza y que necesitan verbalizarlo constantemente. Sino presten atención en la vergonzosa sucesión de dialogos tan intensos como faltos de sentido entre Tashtego y Tubbs.

Si bien Jeepers Creepers nunca fue una saga destacable, entre cierto rusticismo y un aire de homenaje al cine de terror de los ’70 y ’80, la original del 2001 era una película mas acertada en toda su concepción, desde la utilizacion de los recursos – narrativos y técnicos – hasta la trama que buscaba instalar. Sin embargo, aquí Salva se encapricha con una idea tan minimalista como horriblemente ejecutada y lo único que termina asustando es el resultado final.

Por Pablo S. Pons