Jeepers Creepers: El regreso

Crítica de Gustavo Mendiola - Loco x el Cine

La historia se ubica temporalmente entre las 2 primeras entregas. Con el fin de eliminar al Creeper, el sargento Tubbs (Brandon Smith) reúne a un grupo armado comandado por otro sargento, Tashtego (Stan Shaw). Gaylen (Meg Foster) recibe visitas del fantasma de su hijo, asesinado años atrás por el creeper, y obtiene un paquete oculto en el que sospecha, tiene el poder para derrotar al demonio, además de que puede revelar sus orígenes. En la espera de la inminente llegada del creeper a la propiedad, decide pedirle a su nieta Addie (Gabrielle Haugh) que se vaya lejos por seguridad.

El problema de Jeepers Creepers 3: el regreso de Víctor Salva es que se toma muy en serio a sí misma hasta llegar a un nivel auto-paródico. La narración es un “vaya y pase”, Salva no tomó en cuenta, o quizá se olvidó, no se sabe, lo que había construido previamente en las 2 entregas anteriores.

Si Jeepers Creepers tiene seguidores es por ese misticismo que rodeaba al demonio. El creeper aparecía en escena oscuras, misteriosas y de carácter recóndito. Se mostraba menos para lograr más. Acá se echa por tierra todo el progreso mostrando al demonio en primerísimo primer plano en varias ocasiones dejando nada para la imaginación o la sugerencia.

Los efectos especiales traen recuerdos de películas clase B, pero ¡No señores! Jeepers Creepers no debería entrar en ese rubro, un fallo enorme. El guión tiene más baches que las calles de Buenos Aires en época de elecciones. Una historia rebuscada que se va por las ramas y que no consigue conectar con las películas anteriores pensando en la totalidad de la saga. El camión del Creeper es una fortaleza insólitamente infranqueable y sus mecanismos de defensa tienen puesta la etiqueta de otra saga, SAW.

Una lástima para una saga que, sin llegar a ser fundacional, tenía una buena cantidad de adeptos y después de esta tercera entrega inevitablemente perderá público.