Jackass: el abuelo sinvergüenza

Crítica de Mauro Jacobo - Cinélico

Anti cine

Muy divertidas las cámaras ocultas, pero eso no es cine. Tomar una historia recontra mil trillada de relación familiar y usarla de forma patética para darle sentido a una secuencia de cámaras ocultas no constituyen lo que para mí significa hacer cine, una película. En este sentido prefería "Jackass", que iba directamente a los bifes y no se andaba tratando de posicionar como algo que no es.
Seguramente tiene un público que la irá a ver y se matará de la risa en su butaca, de hecho en varios momentos yo mismo tiré varias carcajadas, pero la verdad es que como producto cinematográfico es básico, malo y poco original. Si estás buscando reírte con un humor bien físico y norteamericano, seguro las pasarás bárbaro y dirás que es una muy buena comedia, pero tenés que entender que lo que acabás de ver es una secuencia de cámaras ocultas, varias de ellas de dudosa verosimilitud, que se ríen de y con la gente, por lo que poco tiene de producto cinematográfico. Poco y nada tiene de film, ya que el guión es prácticamente nulo y la cinematografía y el arte brillan por su ausencia.
Si medimos qué tan divertida es la propuesta, podemos decir que tiene algunos momentos delirantes y bastante divertidos, pero tampoco son muchos. Diría que lo mejor pasa cuando el abuelo sinvergüenza se mete en un local de strippers masculinos y cuando se pone cachondo con las mujeres que pasan por la calle.
La verdad que no hay mucho más por decir. Johnny Knoxville sigue lucrando con sus personajes refritados de Jackass y mientras haya un público dispuesto a pagar la no poco cara entrada de una cine para verlos, lo seguirá haciendo. ¿Alguien lo puede culpar? Creo que no.