It (Eso)

Crítica de Diego Alvarez - Cuatro Bastardos

IT (Eso): Pesadilla en la Calle Neibolt.
Y por fín llega la esperada adaptación de la novela más famosa de Stephen King a la pantalla grande, a cargo de un argentino.

“Vuelve y veremos si recuerdas lo más simple de todos: cómo ser niños, seguros de creer y, por lo tanto, temerosos de la oscuridad.”– IT (1986, Stephen King)

Pennywise, Bob Gray o simplemente IT es un personaje icónico de la cultura popular en lo que a terror se refiere; allá con los grandes como Drácula, El Hombre Lobo o cualquiera que se les venga a la cabeza. Decir “El Payaso Asesino” es sinónimo de esta entidad maligna salida de la cabeza de Stephen King que con su novela editada en 1986 de 1500 páginas generó fanatismo y pesadillas a la vez. Quizás algunos tengamos más presente la adaptación televisiva que se hizo en 1990 (con sus fallas y sus aciertos), con un genial Tim Curry apropiándose del personaje y generando a nuevas generaciones esas pesadillas que había generado la novela original.
Pero luego de tantos años, aún quedaba pendiente una buena adaptación cinematográfica. Una que que fuese fiel (o lo más que pudiese) a los miedos que inspiró la novela original, tanto como su espíritu de camaradería y el concepto de crecimiento y drama unido a la niñez al pasar hacia la adultez. Y tras proyectos truncos y mentes creativas que no quisieron lidiar con tamaña responsabilidad, el argentino Andy Muschietti (conocido realizador de “Mamá”) se calzó “la 10” y nos trae una versión nueva, fresca pero respetando el material original, de la pesadillesca aventura de El Club de los Perdedores contra IT.
Luego de la desaparición de George Denborugh, su hermano Bill junto a sus amigos Stan, Eddie y Ritchie emprenderán la búsqueda topándose con nuevos aliados como Mike, beverly y Ben, pero también descubrirán que las desapariciones en Derry, su ciudad, tienen que ver con algo más allá de su entendimiento y sus miedos. Una entidad que parece controlar y darle forma a la maldad en Derry. Algo de lo que no se habla, se oculta y se olvida. Una entidad que toma la forma de los peores miedos, pero que también aparece en la forma de un siniestro payaso.
En esta nueva adaptación de IT, Andy Muschietti muestra el mundo que creó Stephen King refrescando la narración y llevándonos de unos años 50 (en la original) a los 80, renovando la narración pero conservando el espíritu del material original, incluso con la primera secuencia, casi calcada de la novela: mostrando a un Georgie temeroso de lo que hay en el sótano de su casa y precavido ante el primer encuentro con Pennywise. No es dato menor que la acción transcurra décadas más tarde que el original, sino que es un tiempo donde nos podemos identificar mejor y no serían verosímiles ciertos pasajes de la historia si el relato no se nos acercara lo más posible.
IT nos remitirá seguramente a clásicos como “Cuenta conmigo”, “E.T.”, donde la camaradería de los niños es esencial para enfrentar el mal encarnado o villano de turno. Pero en lo que acierta Muschietti es en mostrar el lado perverso de Derry: los adultos. En sus dos horas de duración, la película transita el horror de vivir cerca (o en el caso de Beverly, con) el enemigo. El que da vuelta la cara ante un caso de bullying o el que simplemente es perverso ante un infante o púber es mostrado de manera magistral, ya que en todo momento nuestra visión es la de los jóvenes protagonistas (aquí retratados de 13 años, a diferencia del original que son de 11, para que esté más cercano el paso a la adultez) y el mal acecha en cualquier rincón o esquina.
Los niños y su búsqueda de la verdad son los protagonistas de este film, aunque lo más esperado era ver la interpretación de Bill Skarsgard como Pennywise, con un legado tan pesado como el que dejó Tim Curry: el joven actor impresiona cada vez que muestra su rostro, dándole una nueva reinterpretación al clásico personaje, lleno de humor negro y maldad nunca antes vista. Si Tim Curry parecía un pedófilo vestido de payaso, Skarsgard parece un demonio vestido de payaso atemporal. Una verdadera encarnación del Mal en estado puro.
Este nuevo Pennywise se asemeja mucho a lo que fue ese otro gran personaje que jugaba con los miedos adolescentes antes de cometer sus fechorías: Freddy Krueger. Además de compartir este afán por generar miedo en sus víctimas antes de comerlos, Este Pennywise parece estar presente en todo momento del metraje, aún cuando no aparece. Y cuando lo hace, un halo como de ensueño envuelve la secuencia, como si estuviésemos asistiendo a la peor de las pesadillas. Esto se debe en gran parte, a la brillante fotografía de Chung-hoon Chung, habitual colaborador de Chan-Wook Park (Old Boy).
Para los que hayan leído la novela, tendrán que estar muy pendientes, porque todo el universo de IT está ahí, en pequeños easter eggs, desparramados, pero siempre presentes (como la benévola figura de La Tortuga). Y si bien Muschietti realizó varios cambios con la historia de los personajes, el espíritu de la obra original está ahí, se palpa el miedo en cada minuto de secuencia, aún estando expectantes de la aparición de Pennywise; todavía más en la famosa casa de Neibolt Street, dándole la importancia que se merece y convirtiéndola en un lugar de terribles temores.
IT (Eso) marcará nuevamente las pesadillas de grandes y adultos. La visión de Andy Muschietti magnifica, renueva y resignifica los miedos más inherentes de la juventud y también del ser humano.