Ismael

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

En el nombre del padre

Nutrida de premisas y situaciones dotadas de un alto contenido emocional, Ismael vuelve a poner en vigencia la capacidad expresiva de Marcelo Piñeyro, aquí con una temática inusual en su versátil filmografía: el director de Tango feroz, Caballos salvajes y El método ha dado sobradas muestras de aportar singulares variaciones a sus trabajos fílmicos. En este caso se introduce en una trama tan distante de esos títulos como lo fue Kamchatka, su único opus con un niño protagonista. Porque aquí la problemática abordada nada tiene que ver con la opresión de la dictadura ni tampoco con nuestro país, ya que Ismael está ambientada en Barcelona y Madrid y todos los personajes son de ese origen. Todo gira alrededor de un niño de ocho años que desea con toda su pequeña humanidad conocer a su padre, un misterio que su madre nunca le aclaró del todo: por eso escapa de ella y se toma un tren en soledad en dirección a él, con los pocos datos con los que cuenta. Así arranca un verdadero remolino de sentimientos comandado inteligentemente por Piñeyro, quien logra una de sus mejores obras, tanto desde el aspecto narrativo como interpretativo, además de aportar notables imágenes en las locaciones seleccionadas. Con actuaciones intensas y verosímiles de Mario Casas, Belén Rueda, el pequeño talento de Larsson Do Amaral y el carismático Sergi López, Ismael propone una historia entrañable, desbordante de genuina emotividad.