Iron Man 3

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Un personaje burlón y ansioso

Nuevamente el superhéroe de la dinastía de cómics de Marvel al ataque. Nacido en la década de 1960, como historieta, el supermillonario egocéntrico y simpático Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.) es capaz de hacer un desastre cubierto con su armadura letal y convertirse en el guardián ideal de un mundo globalizado.
Por supuesto, que en este nuevo filme, será otra vez llamado para defender la paz del estado.
Como siempre lo vemos rodeado de su amigo James Rhodes (Don Cheadle) y de la encantadora Pepper Potts (Gwyneth Paltrow, la mujer más bella del mundo según People), su novia eterna. Esta vez el gran enemigo será "El Mandarín" (Ben Kingsley), un sorprendente antagonista cuyas características serán develadas a lo largo de la historia. Pero también estarán los enemigos menores, como el malo de Aldrich Killian (Guy Pearce), nada desdeñable. Habrá también otra bella, no rubia como la Pepper, sino de pelo oscuro y armas tomar: Maya Hansen (Rebecca Hall).

MARAVILLA TECNO
Esta vez la voz del héroe nos ubicará en la acción, Suiza en el comienzo, trece años atrás, cuando Tony Stark descubre que puede ser un superhéroe. Durante el filme nos enteraremos que Stark sufre de ansiedad y su buen humor habitual es salpicado por tan molesto trastorno.
El resto, como ocurre siempre, es un gran despliegue de maravilla tecnológica, la armadura siempre rebelde para instalarse en el cuerpo de su dueño, los combates sorprendentes y los efectos especiales atronadores. La acción será la estrella, el buen humor el compañero permanente y los efectos especiales las estrellas de un cielo con nubarrones.
Por supuesto que habrá combates antológicos, destrucciones masivas como la casa del multimillonario, casi al borde de la nada e impactantes desplazamientos de la tribu de mellizos de Iron Man.

AMOR Y ACCION
La especialidad del director Shane Black es la acción. No por nada algunos de sus guiones anteriores pasan por "Arma mortal" o "El último boy scout". El equipo actoral, como siempre, resulta atractivo. En primer lugar, ese encantador de serpientes que se llama Robert Downey Jr., él que es capaz de personificar a un Chaplin bufonesco, o un delirante Sherlock Holmes, tan bien compuestos como este Iron Man, un superhéroe burlón, obsesionado por su traje-armadura. A su lado, la siempre enamorada Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), cuidadosa de no perder a Tony Stark y el notable Ben Kingsley, tan capaz de meterse en la piel de "Gandhi" (por la que ganó un Oscar en 1982), como en este personaje llamado "El Mandarín", un enemigo de evolución imprevista.
Acción, humor, peleas imposibles y a no irse cuando estén pasando los créditos finales y usted crea que todo termina, porque aún queda una sorpresa final que no lo defraudará.