Iron Man 3

Crítica de Facundo J. Ramos - Toma 5

"Marvelduración"

Dejando de lado por un rato el despilfarre y rejunte de superhéroes que trae consigo el universo de “Los Vengadores”, Marvel ofrece con “Iron Man 3” una de sus películas más serias y entretenidas de los últimos años.

¿Por qué? Básicamente porque “Iron Man 3” nos muestra a un Tony Stark (Robert Downey Jr. ya completamente mimetizado con el personaje) abatido, cansado, con ganas de replantear su vida como justiciero y, por si fuera poco, sufriendo ataques de pánico y ansiedad, algo que le da un toque de madurez interesante a esta historia.

Luego de la regular segunda entrega del 2009, en donde Tony Stark se pasaba casi todo el tiempo afuera del Mark V solamente para hacer uso de su imparable verborragia y tirar una insufrible galería de chistes, en esta oportunidad tenemos casi siempre al frente nuestro su lado más humano, menos payaso y por ende mucho más disfrutable tanto por grandes y chicos.

Sin embargo dicha madurez no podría ser completa si no tuviéramos a uno de los villanos más realistas y polémicos que se sacó Marvel de la galera en los últimos años: El Mandarín (interpretado por el gran Ben Kingsley).

La polémica juega una partida doble en esta ocasión, no solo porque se trata de una reinvención absoluta del villano más importante de Iron Man en los comics, sino también porque en definitiva lo que hicieron con este personaje para esta película es correr un riesgo inesperado que resulta chocante al principio, pero termina cerrando por todos lados y hasta te deja pensando un poquito después de salir de la sala.

No se puede hablar demasiado acerca de su historia, pero seguramente El Mandarín dividirá aguas entre aquellos que vayan a ver esta película, seguramente posicionándolos a favor del entretenimiento o rechazando rotundamente los cambios.

De todas formas “Iron Man 3” no deja de ser una propuesta donde todo gira alrededor del personaje que le da nombre a esta saga, una de las más rentables de la historia de los superhéroes y del universo Marvel, que llega a su fin de forma estruendorosa, divertida y correcta.

La escena del ataque a la casa de Tony por parte del Mandarin, el atentado contra el avión presidencial y el explosivo final son quizás las más grandes secuencias de acción que se hayan contado con Iron Man en toda su trilogía.

No es fácil encontrar terceras entregas (a excepción del Batman de Nolan) en donde la calidad técnica (la música de Brian Tyler, el tercer compositor de la saga, termina siendo un acierto rotundo), el respeto a ciertas líneas argumentales planteadas anteriormente y sobre todo las actuaciones estén a la altura de las circunstancias.

A veces es difícil para los actores, como así también para todos aquellos que forman parte de estas producciones, mantener el espíritu de la novedad y el entusiasmo del éxito durante tantas entregas muy seguidas en el tiempo. Sin embargo “Iron Man 3” logró superar esa difícil piedra y el resultado es más que placentero.

Quizás el cambio de director (sale el padre de la criatura, Jon Favreau, y entra el correctísimo y casi debutante Shane Black) y un reparto que no afloja para nada (Kingsley, Guy Pearce y la bella Rebecca Hall) fueron piezas claves para aterrizar en tierra firma este verdadero desembarco exitoso del hombre de hierro en la pantalla grande.

El destino del universo Marvel sigue estando completamente abierto para sus próximas entregas, ya que “Iron Man 3” solo se ocupó de hacer lo correcto y necesario: Darle un gran cierre a la historia que lo inició absolutamente todo.

Si la nostalgia los invade cuando terminen de ver esta película es porque en definitivamente acudieron a un gran espectáculo pochoclero de la mano del gran Tony Stark.