Invitación de boda

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

Invitación de boda, de Annemarie Jacir, trae a las pantallas un viejo conflicto encarado desde una mirada muy personal e intimista: los palestinos que viven en Israel semi-asimilados a la sociedad.
Shadi es un palestino viviendo en Italia que regresa a Nazareth para la boda de su hermana. Durante el día entero lleva en auto a su padre para realizar el “Wajib”, la costumbre de entregar una por una en mano las invitaciones a la boda de su hija. A lo largo de la jornada las diferencias ideológicas entre Shadi y Abu Shadi (su padre) irán lentamente aflorando, mostrando dos caras de la misma moneda, la segregación de la población de palestinos en el estado de Israel.

Aunque este tema está siendo visibilizado cada vez más en el cine, la mirada cruda del conflicto que nos traen las redes sociales convierte los filmes violentos y de mucha crudeza en relatos que terminan siendo menos impactantes que la realidad conocida. Consciente de eso, la directora nos trae, en Invitación de boda, un acercamiento desde un punto de vista más humano.

El padre, habiendo sido abandonado con dos hijos por su esposa en pos de una vida mejor, se dedicó a asimilarse con la población del lugar para poder brindarle a su progenie la estabilidad económica y emocional que él tanto añoraba, al punto tal de que nadie en el territorio parece no conocerlo y quererlo, siendo saludado constantemente con respeto por sus alumnos y los padres de los mismos. Shadi, por el contrario, desearía que su padre hubiese sido un luchador por la causa palestina. El conflicto entre los dos no es explosivo, es más bien reflexivo, y habla al mismo tiempo de la complejidad del forcejeo político y del difícil vínculo entre padres e hijos.

Las sobresalientes actuaciones de Mohammad Bakri y Saleh Bakri como padre e hijo respectivamente, aportan muchísima credibilidad al drama, al mismo tiempo que permiten momentos de distensión con pequeños chistes o anécdotas. Momentos en los cuales esa familia que terminó distanciada, parece todavía ser la misma familia fuerte de años atrás.