Invictus

Crítica de Guillermo Monti - La Gaceta

Clint Eastwood en versión optimista

Por lo general, los gobiernos le sacan el jugo al deporte para hacer demagogia, para distraer la atención o para canalizar prácticas corruptas. Pero en manos de Nelson Mandela la historia fue diferente. Mandela se valió del rugby para unir a blancos y negros detrás de un ideal, una jugada peligrosa que le salió redonda y sirvió para que las heridas del apartheid empezaran a cicatrizar. El mérito de Clint Eastwood fue haber capturado el espíritu de ese proceso en una película que conmueve e inspira. Porque eso es "Invictus": el relato de un momento histórico filmado con convicción, inteligencia y mucho cariño.
"Invictus" está basada en "El factor humano", excepcional libro de John Carlin. De esa investigación Eastwood tomó como eje el aspecto deportivo, sin adentrarse más que lo necesario en consideraciones políticas. Tal vez por eso quienes hayan leído a Carlin salgan del cine con gusto a poco. Tampoco está a la altura del mejor Eastwood -el de "Gran Torino", para no ir tan lejos-, lo que no le quita fuerza ni sensibilidad a la narración.