Intruso

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Una noche de terror

Pocas cosas implican más terror que un psicópata puede entrar a una casa sin invitación. Y mucho peor que el tipo duerma en el placard, mate al novio de la chica y la mire en silencio mientras duerme. Aterrador, sí, pero ya visto demasiadas veces como para contarlo de forma lineal y con recursos narrativos que por momentos rozan la parodia. "Intruso" tiene todos los elementos de un historia clásica y comienza durante una noche de tormenta furiosa cuando una mujer es asesinada por un desconocido dentro de su casa. En la siguiente escena, la protagonista y posible futura víctima es una chelista, también sola en su casa -no se sabe si en la misma noche de tormenta, pero también llueve mucho- la que ignorará que un asesino deambula tranquilamente por su casa. La chica, además, tiene que soportar al director autoritario de la orquesta donde trabaja, lo que previsiblemente funciona como pista para el espectador. Muchos de los lugares comunes del género se van sucediendo a lo largo de una hora y media, como sombras que se deslizan por las paredes, acercamientos del asesino por la espalda, timbres salvadores, cortes de luz o preguntas que el invasor obviamente no responderá.