Interestelar

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

Misión: Salvar la tierra

Christopher Nolan ha vuelto. Cada estreno del director de El Gran Truco (The Prestige), desde la salida y el posterior suceso de la brillante Batman: El Caballero de la Noche (The Dark Knight) hasta acá, cuenta con un hype a su alrededor digno de emparentarse con las superproducciones de superhéroes de la actualidad. Cada nueva película de Nolan es uno de los acontecimientos cinematográficos del año e Interestelar (Interstellar) no iba a ser la excepción.

Interestelar básicamente nos va a contar como la Tierra está para atrás. La crisis alimenticia causada por unas nubes de polvo amenaza con exterminar a las generaciones futuras de la población. Por esto la NASA manda una expedición al espacio para investigar unos planetas que podrían albergar a la humanidad luego de que la Tierra sea inhabitable. Obviamente que esa misión va a ser una verdadera odisea para sus tripulantes. A grandes rasgos esa es la historia del film y no conviene adelantar mucho más para no arruinar con posibles spoilers.

Banco a muerte a Christopher Nolan, pero acá viene jodida la cosa para aguantar los trapos. El realizador de Memento (obra muy sobrevalorada) es un director complejo de encuadrar. En sus últimas películas ha sabido forjar algunas cuestiones que atañen a su cine que, si bien no lo definen como un autor cinematográfico con todas las letras, tampoco se lo podría encasillar en un director de cine mainstream. Interestelar posee todos los atributos destacables de su cine pero a la vez también tiene la mayoría de esos condimentos de feo sabor con el que suelen venir sus películas y que con el pasar de sus obras se ha ido acrecentando.

Nolan no es un gran narrador, puede tener escenas brillantes de una potencia extraordinaria pero a la vez existen innumerables momentos donde le tiembla demasiado el timming narrativo de sus opus. En Interestelar da claramente un paso atrás en este apartado. Hay elipsis poco claras, escenas inentendibles, una música terriblemente invasiva a cargo de Hans Zimmer, diálogos subrayados por doquier, momentos torpemente discursivos y hasta algunos golpes bajos innecesarios. Su ambición por transmitir y dejar en claro un mensaje trascendental le empantana la película. Esa obsesión por querer hacer algo único e imponente, se valora mucho pero el camino para transmitirla es tan importante como sentirla.

Christopher Nolan no escatima en tocar temas significativos en Interestelar.
En Interestelar se toma todo demasiado en serio. Pero demasiado de verdad, más que en sus anteriores films. Acá Nolan no escatima en tocar temas importantes (el posible fin de la humanidad, el abandono de un padre a sus hijos y viceversa en plan sacrificial, etc) con esa pretensión y solemnidad que a medida que pasan sus obras se acrecienta más y más. En vez de volverse un director con mesura y sapiencia para trasladar sus obsesiones se vuelve un realizador que sube la apuesta en mensajes grandilocuentes (lo cual no está mal en absoluto) pero no en la transmisión de los mismos.

Más allá de todas las cuestiones mencionadas en esta crítica, el comienzo de Interestelar embelesa por su complejidad y por su potencia sentimental. La secuencia contada en montaje alterno donde Cooper (un solvente y moderadamente intenso Matthew McConaughey) se va de la granja y despega hacía el espacio posee un vigor y un sentimiento hermosamente desgarrador. Este es uno de los muchos ejemplos donde la película funciona. Incluso en sus últimos 30 minutos donde se va al carajo con secuencias oníricas y reflexivas Interestelar logra cerrar, a medio camino entre la torpeza y la audacia, los enigmas abiertos en su interesante comienzo.

Interestelar se columpia pendularmente entre el brío de sus logradas escenas y la ridiculez de sus secuencias más fallidas. Está en cada uno apreciar el vértigo de su ambición cuando vamos hacia adelante o detestar la torpeza en la transmisión de su grandilocuente mensaje al viajar hacia atrás en la hamaca.