Interestelar

Crítica de Martina Putruele - ARG Noticias

Interestelar: una experiencia cinematográfica de otro mundo

"No entres dócilmente en esa buena noche, que al final del día debería la vejez arder y delirar; enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz", recita Michael Caine mientras Matthew McConaughey se adentra cada vez más en los cofines más recónditos del espacio no explorado. Y mientras resuenan del poema de Dylan Thomas "Do Not Go Gentle Into That Good Night", a uno no le queda nada más que estremecerse y sonreír: el blockbuster todavía no murió.

Christopher Nolan logró con Interestelar su segunda película más brillante –Memento quedará invicta por mucho tiempo- y es una obra maestra a la que se le perdonan sus pequeñas faltas fácilmente, ya que sus virtudes son mucho más apabullantes y arrasadoras de lo que uno podría llegar a imaginarse al principio.

Interestelar muestra un futuro cercano, en el que el planeta Tierra ya no da abasto: los niveles de oxígeno son cada vez más bajos mientras que el nitrógeno aumenta cada vez más; la comida escasea y gran parte de las ciudades están cubiertas por polvo que parece filtrarse por todos lados: se mete en los pulmones de la gente y recubre casi todas las superficies.

Y en el medio de este pre-Apocalipsis, Cooper, un ingeniero devenido granjero interpretado por el ganador del Oscar Matthew McConaughey, es reclutado por la NASA –o lo que queda de ella- para una misión que potencialmente podría llegar a salvar a la humanidad. Junto con un grupo de científicos y exploradores entre los que se encuentra la doctora Amelia Brand –encarnada por Anne Hathaway-, Cooper deberá abandonar a sus dos hijos para una odisea intergaláctica en la todo puede llegar a fallar en cualquier momento, pero que, en el caso de que sea un éxito, será la salvación de toda una especie.

Filmado sin pantallas verdes, el filme de Nolan es más que una experiencia cinematográfica visual: reúne todas las grandes ideas del siglo XX y XXI y las entremezcla con la concepción del ser humano como criatura exploradora, cuya ambición e intelecto no tienen límites terrenales sino que se enfocan más allá de las supuestas fronteras de lo posible. Interestelar es sin lugar a dudas una de las películas de ciencia ficción más innovadoras desde 2001: Odisea del espacio.