Intensa - Mente

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Lo que sucede por dentro de la cabeza

La nueva apuesta de Disney Pixar narra la historia de Riley, una niña que se muda con sus padres a San Francisco. Sus emociones encontradas serán las protagonistas de la trama.

Pixar Animation Studios tiene una larga tradición de calidad, donde todas sus películas, tanto las más logradas como las menos efectivas, brillan a todo nivel. Pixar significa belleza, inteligencia y emoción. Intensa mente (2015) es la nueva película del estudio, la número quince para ser exactos, y también es una de sus apuestas más arriesgadas y jugadas al límite. Esta producción cuenta la historia de Riley, una niña que debe enfrentarse a una mudanza y una nueva vida junto a sus padres en San Francisco. Pero hay mucho más, porque los protagonistas también son las emociones de Riley dentro de su cabeza. Cinco emociones que conforman cinco personajes que llevarán adelante la trama: Joy (Alegría), Fear (Temor), Anger (Enojo), Disgust (Desagrado) y Sadness (Tristeza). Estos cinco elementos también están en la cabeza de su madre y de su padre, lo que deja en claro que están en todos nosotros también. Serán finalmente Alegría y Tristeza quienes se sumergirán en la aventura principal, lo que tiene mucha lógica. Es así que la película festeja la alegría, pero también la tristeza, descubriendo el valor de cada uno de esos componentes en nuestra vida. En un género tan complicado como la animación, donde las proezas técnicas no alcanzan para producir buenos films y donde las buenas historias necesitan un despliegue visual cada vez más perfecto, Intensa mente consigue dar en el blanco en todo.
Lejos de cualquier rutina y cualquier pereza, la película no da tregua a los ojos del espectador y es justamente en lo visual que obtendrá no solo el favor del público adulto sino también del infantil. Con respecto al guión tal vez las cosas sean más complejas, su análisis de la mente humana lo coloca en un nivel de autoconciencia muy elevado y las ideas son igualmente complejas. Pero aunque el espectador adulto pueda creer que se trata de un film árido para niños, la verdad es que el aspecto estético permite algo de comedia visual intensa y entretenida para todos los públicos.
Es saludable y también asombroso que Disney Pixar, los dueños de gran parte de la taquilla mundial, poseedores de un público cautivo indiscutible, asuman el compromiso y el riesgo de realizar títulos que van más allá del entregar un producto aceptable. Esta clase de maravillas nos dice que el cine industrial de animación está más vivo que nunca. Quienes no vayan con niños pequeños, deberían apostar a ver el film en su idioma original, ya que esto le aporta una serie de matices extra.