Intensa - Mente

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Historia cautivante con inteligente moraleja

¿Qué pasa por la cabeza de una persona? Específicamente, ¿qué pasa por la cabeza de una criatura de 11 para 12 años, obligada a mudarse de su paraíso infantil a la incertidumbre que provoca conocer otra ciudad, otra casa, sin los muebles y adornos de la anterior, otra escuela, en la que no están sus viejas amistades, y otro estado de ánimo en los padres, que también tienen nuevos problemas? ¿Cómo razonar todo eso, cómo se rigen los sentimientos y razonamientos, y quién los rige? Y, además, ¿cómo se representa todo eso, para que los niños se identifiquen y se diviertan? (y para que los adultos entiendan y compartan).

A continuación, un poco de anatomía y fisiología según este dibujo animado. La cabeza de Riley está más o menos controlada por cinco emociones básicas: Alegría, Tristeza, Desagrado, Ira y Miedo. Ira es un viejo leche hervida que usa corbata. Desagrado es una tilinga, pero permite alejarse a tiempo de algunas cosas que hacen daño, lo mismo que Miedo, el alarmista. Tristeza es una gorda friolenta y Alegría parece una bailarina llena de entusiasmo. Como Riley es una niña bien cuidada por sus padres, Alegría es la que manda. Esas emociones se juntan frente a un tablero de controles, con vista a las esferas de recuerdos sentimentales básicos, las islas de la familia, la amistad, las payasadas, etc. (¿por qué aisladas?, ¡misterios de la mente humana!), los depósitos de memoria a corto y largo plazo, y, más allá, los containers de la deconstrucción y el pensamiento abstracto, el subconsciente, y el oscuro abismo de los recuerdos perdidos.

Cuidado con la Isla de los Sueños, donde las cosas pueden quedar reelaboradas por un programa televisivo berreta y prepotente. Cuidado con el tren, los containers y el abismo. Cuidado, que no se caiga un globo de recuerdos, o se manche de tristeza. Bienvenido, un recuerdo que parecía olvidado, el Amigo Imaginario, capaz de sacrificarse para que la niña crezca bien (una ironía: "Últimamente no hay tiempo para amigos imaginarios", dice alguien, justo en estos tiempos de tantos amigos virtuales). Bienvenida también, "Intensa-mente", película ingeniosa, divertida, emotiva, tierna, llena de ágiles observaciones sobre esa etapa difícil de la preadolescencia, y sobre la mente atosigada de madres, padres, perros y gatos. Esto último aparece en los dibujos que acompañan los créditos finales, algo que muy probablemente no esté en las copias truchas.

No vamos a contar la historia. Sólo mencionar una escena, cuando vemos cómo Tristeza sintoniza con alguien que necesita consuelo, y es su natural paño de lágrimas, envolviendo en dulce melancolía los recuerdos buenos. A partir de ahí, ya empezamos a cambiar de opinión sobre esa gorda pesada. No todo ha de ser "Joy" en la vida, y ésa es una de las mejores moralejas de este cuento. Pete Docter, su principal creador, alma máter de "Toy Story", "Monsters SA" y "Up", merece un monumento.