Inquebrantable

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

Un hombre, un héroe

Inquebrantable es la extraordinaria historia de Louis Zamperini (interpretado por Jack O’Connell), un medallista olímpico que termina sirviendo en la fuerza aérea estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, más precisamente en la Guerra del Pacífico, y a quien veremos durante todo el metraje resistiendo todo tipo de adversidades y humillaciones, para que así podamos apreciar su espíritu indestructible, y por extensión el espíritu indestructible de toda su nación.

ANGELINA

A pesar de su intenso prólogo, lleno de ritmo y acción donde se nos cuenta la vida de Zamperini a través de viñetas precisas y cargadas de sentido a lo Clint Eastwood, la película de Angelina Jolie va poco a poco convirtiéndose en un bodoque antipático que ideológicamente atrasa 40 años. Inquebrantable avanza hasta encontrarse con su primer escollo que es el guión, porque lo que quiere contar son las peripecias de su protagonista durante las Segunda Guerra Mundial, lo que esencialmente consiste en que estuvo prisionero, primero de las circunstancias, luego literalmente. Angelina como directora cae prisionera junto con Zamperini: no termina nunca de conseguir la fluidez del principio y reduce su película a la acumulación de escenas más o menos rigurosas.

EL RELATO

Estados Unidos tal como lo conocemos es un país que termina de forjarse en la Segunda Guerra Mundial, de allí proviene su relato de heroísmo y gran parte de lo que muchos norteamericanos creen es la esencia de su ser nacional. Estado Unidos le ganó a los exterminadores alemanes y a los perversos japoneses, aunque no suele hacer referencia a cómo Rusia se desangró para tomar Berlín y conquistar el frente oriental, o a las atrocidades que cometieron los generales estadounidenses en Japón, que antes de arrojar las bombas atómicas incendiaron deliberadamente todas las ciudades japonesas que pudieron, matando a todos los civiles posibles. Inquebrantable es otra película que viene a sumar aquel ya caduco relato de buenos contra malos malísimos. No sólo el personaje de Zamperini es el prototipo del héroe de la Segunda Guerra, sino que además los japoneses son representados con estereotipos y prejuicios (el cabo Watanabe interpretado por Takamasa Ishibara es una vergüenza) y hasta los tiburones son unos giles que claudican ante la demoledora voluntad norteamericana.

La película dice estar basada en hechos reales y no tengo por qué dudar de esa afirmación. El problema es que Jolie termina manipulando los hechos para que en la superficie termine flotando una de las ideas más estúpidas e inmorales, aquello de que si realmente querés, podés. Como si Zamperini hubiera sobrevivido por ser un testarudo insoportable, mal perdedor y nacionalista recalcitrante, y como si todo aquel que murió en aquella guerra fue por ser demasiado débil. Pero nuestro inquebrantable héroe además de voluntad de vivir tuvo suerte, muchísima suerte.