Inquebrantable

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

Con algo de Carrozas de fuego o miles de películas de atletas olímpicos (sin ir más lejos, Foxcatcher), algo de Náufrago, o cualquier película de gente que sobrevive en el mar (Lost quizas?) y con mucho mucho más de films con prisioneros de guerra, (El gran escape de John Sturges o Feliz Navidad Mr.Lawrence del gran Nagisa Oshima o El imperio del Sol de Spielberg), Angelina Jolie, realiza su segundo largometraje como directora y cuenta nada menos que con los hnos Coen como guionistas. Un alegato ciertamente anacrónico del papel de los soldados en la 2da Guerra Mundial. basado en la novela de Laura Hillenbrand sobre Louie Zamperini un atleta olímpico que es enrolado en la aviación durante la Gran Guerra y termina siendo prisionero de uno de los campos de concentración más crueles del Japón.

La película tiene 4 partes bien claras: en la primera une a a través de un flashback al joven Louie, integrante de una vertiginosa misión en un bombardeo aéreo, con los primeros pasos como corredor de Louie niño-adolescente; una segunda parte con Louie-soldado sometido a las vicisitudes de 45 días en el mar con dos compañeros despues de la falla de los motores del avión, y una tercera parte en dos campos de concentración de prisioneros norteamericanos en las afuera de Tokyo. Si bien lo argumentativo tiene que ver con la base literaria de la novela de Hillenbrand, lo espectacular forma parte del acervo cinemotográfico, sin dudas. Ahí no está el problema de Unbroken, con un diseño de personajes efectivo, una fotografía milimétrica y una puesta en escena a la que sin duda le ayuda mucho algo del digital y un relato que motiva a seguir las 2 horas 20 minutos que dura el film. El problema radica en lo ideológico: muchos de los films que Inquebrantable nos recuerda, plantean el tema del sometimiento de la autoridad sobre el prisionero como uno de los elementos de la perversión humana, como si en un contexto de encierro las relaciones dominador y dominado no pudieran escapar a ser lo que Jolie describe. Acá no hay guerra, hay hombres perversos y hombres que si se salvan se van a entregar a Dios, no hay política, hay locura humana, no hay Hiroshima ni Nagasaki hay muchos japones malvados haciendo que una fila de prisioneros (literalmente) le peguen a otro hasta desfigurarlo.

En todo caso, interesante el ejercicio de ver una pelicula sobre la Guerra para la que no hay Historia (tal vez no la hay para Angelina Jolie, ni evidentemente para el libro en el que se basa), hay sólo criaturas sin ambigüedades ni contradicciones que someten a otras, que tampoco tienen contradicciones, ni menos ambigüedades. En ese sentido, lo único interesante es la elección de MIYAVI, cantante y compositor de rock japonés como el terrible y algo andrógino Watanabe, militar a cargo del campo, insistente persecutor de Louie, que le pone, además, cierto tono de homoerótica al asunto.

Y algo mas: para películas de náufragos, 8 a la deriva, de Hitchcock, para películas con prisioneros de guerra: La Gran Ilusión, de Renoir, para Olimpiadas, Olympia, claro, de Leni Riefenshtal.

Se estrena el 29 de enero en Buenos Aires