Infierno grande

Crítica de Gimena Meilinger - Cuatro Bastardos

Infierno grande: Madre fuerte, mujer empoderada en La Pampa.
“Infierno grande” cuenta la historia de una mujer embarazada que escapa de su marido para defender a su hijo que está por nacer. Mezcla de western con road movie, muestra la hostilidad que sufre la mujer.
“¿A dónde vas María?”, así le habla Lionel a su mujer mientras tironea de la escopeta que ella tiene entre manos. Un disparo llega a la frente de ese violento hombre que, al no morir, empieza a perseguir a María por pueblos del interior del país.
María es maestra en un pueblo de La Pampa. Su esposo Lionel es un político. Ella está a punto de dar a luz pero decide abandonar a su marido para darle una mejor infancia a su hijo. Una noche, la discusión se les va de las manos y ella se embarca en un viaje en su camioneta para volver a Naicó, el pueblo de su infancia, que está lleno de recuerdos perturbadores. En ese viaje, María enfrenta un arduo proceso de cambios, golpes y aprendizajes, toda esa transformación del personaje que supone un road movie, siendo una nueva mujer cuando vuelva a encontrarse con su marido. Como dato no menor, un hombre con el que se cruza le dice a María “Naicó es tierra de huechuman, que significa cóndor fuerte. Todos los que nacen ahí son fuertes”
Además, como también se trata de un western, existe el esperado duelo final en medio del campo árido, mientras la voz en off del niño por nacer narra los acontecimientos para que el público vaya descubriendo los datos que hacen tomar partido por María.
Alberto Romero es guionista y director. Fue co-guionista de “Pichuco” y “Una noche solos”, de Martín Turnes; y «¿Quién mató a mariano ferreyra?» y «Alicia”, de Alejandro Rath. También escribió y dirigió el cortometraje «La loca Matilde», exhibido y premiado en festivales nacionales e internacionales.
Esta vez, su propuesta trasciende la película de género. Es un western, con algo de fantástico, suspenso y drama, todo dentro de una road movie por el terreno pampeano. Como en otras de sus películas, utiliza la voz en off para darle profundidad al relato y, en este caso, realiza una obra sobre la violencia de género y algunas otras cuestiones sociales, visto desde su perspectiva masculina.
Guadalupe Docampo y Alberto Ajaka representan muy bien esos papeles en los roles de violento y agredido, hasta que el personaje de Guadalupe se hastía y ahí comienza todo. Ella pone el cuerpo y los gestos dolidos a una mujer cansada, triste, que parece frágil… hasta que decide frenar todo lo que se venía dando y tomar la escopeta entre sus manos, para huir luego. Alberto Ajaka no se luce demasiado pero su personaje logra convencer.
“Infierno grande” cumple con su objetivo de mostrar la violencia de género y su venganza, desde otro ángulo. No hay giros desprevenidos, no sorprende, pero crea distintas lecturas sobre un tema que siempre vale la pena tener presente.