Infierno en la tormenta

Crítica de Federico Ignacio Bazán - Cuatro Bastardos

Infierno en la tormenta: Nadando entre cocodrilos.
La lucha de una hija y su padre por sobrevivir en una tormenta es traída por Alexandre Aja. La desesperación y cocodrilos hambrientos están a la orden del día.
Una película de catástrofe llena de suspenso, un potente vínculo entre padre e hija y una profunda desesperación, te mantiene en el asiento completamente tenso. No solo es pochoclo, destrucción y sangre, hay una linda historia dramática en la relación de la hija y su padre.
Ella, Haley (Kaya Scodelario) una nadadora, va a buscar a su padre Dave (Barry Pepper) a la casa de su niñez durante un huracán que azota la zona pantanosa de Florida. Con efectos especiales excelentes, un sonido abrumador y cocodrilos con apetito voraz, esta pequeña película de género puede ser una de las tapadas del año.
El director Alexandre Aja es conocido por lo sangriento, repugnante y asqueroso huesos fuera de lugar, y sangre por doquier en sus películas. Desde Haute Tension (2003) hasta Pirannha 3D (2010) y una interesante remake de The Hills Have Eyes (2006). También tuvo una película dramática, y otra de fantasía pero no fueron tan conocidas. En este caso con Crawl (O “Infierno en la tormenta”) mezcla lo catastrófico con la aterradora supervivencia en la casa pantanosa.
Los efectos especiales engloban la situación de manera maravillosa, con tanta lluvia y viento que sentís estar dentro del huracán. Como también la mezcla de sonido es fuertísima y potente digna de ser vista (Y oída) en un buen cine. Los gruñidos de los cocodrilos y los estruendos de las destrucciones exaltan al espectador, como los crujidos de huesos rompiéndose que arrugan la cara de cualquier público afortunado que haya pagado la entrada de un cine.
Mientras las actuaciones mantienen a dos personajes bien escritos como son Haley interpretada por Kaya Scodelario, (Teresa de Maze Runner), demostrando que puede realizar un buen personaje escrito por los guionistas Michael y Shawn Rasmussen. Las situaciones y diálogos con su padre (Un buen Barry Pepper) le dan ese toque dramático a la película que se necesita para empatizar mucho más con los personajes y que todo lo que padecen estos protagonistas realmente te genere lástima y sufrimiento. Además del agregado de un perro (Perra mejor dicho) que obviamente entrega momentos de desesperación absoluta.
Los lugares que se disponen a ser parte de este sufrimiento casi constante son excelentes, oscuros y solitarios en esa agua sucia de pantano. La trama simple, a pesar de no ser completamente excelente y habiendo situaciones de encierro algo forzadas, se mantiene entretenida en la hora y media de duración. Lográs encariñarte con los personajes, te mantenés tenso a lo largo del film, algo muy rescatable en este tipo de películas. Además de cierta dosis, de los ya mencionados, huesos salidos de lugar.
Es una película divertida, pochoclera vinculada a los géneros mencionados, pequeña en sentido de locaciones, llena de momentos de peligros clásicos de este tipo de films, pero tan bien hecha en términos de destrucción y unión entre padre e hija, que merece ser vista y bien valorada.