Impuros

Crítica de Marcelo Cafferata - El Espectador Avezado

Florencia Mujica, realizadora, guionista y montajista, con una amplia experiencia dentro del campo documental y particularmente interesada dentro de la problemática de género, de suma actualidad, encuentra en “IMPUROS” una manera de abordar estos temas urgentes desde la óptica de la historia reciente y sus implicancias sociales en nuestro país.
Entre 1880 y 1930 Argentina recibe un caudal inmigratorio europeo de gran importancia. Es el puerto de Buenos Aires un punto neurálgico en donde desembarcan día a día miles de familias que deciden instalarse en nuestro país huyendo del fantasma de la guerra y el hambre.
En este contexto un grupo de proxenetas judíos-polacos ingresan a nuestro país y tras la fachada de la “Asociación de Socorros Mutuos Varsovia” se instala una eficaz red para traficar mujeres desde Polonia –las cuales venían a nuestro país engañadas con promesas de dinero y matrimonio- y generar una red de prostíbulos que fue ganando terreno, provocando la indignación de miembros de la comunidad judía que expulsa a estos rufianes bajo el mote de “impuros”.
Esta organización de trata de mujeres instaurada casi legalmente en nuestro país con la connivencia del poder político y policial de aquel entonces –dando una especie de marco legal y regulación-, tuvo fuertes implicancias sociales dado que mediante el poder económico y los ingresos que generaba esta actividad, los traficantes intentaron ascender socialmente y, de una manera u otra, ingresar con estas mujeres esclavizadas y violentadas dentro de la sociedad de la época, naturalizando cada vez más su actividad.
Lo más potente que saca a la luz el documental “IMPUROS” es el hallazgo de cartas con denuncias y pedidos de auxilio, escritas por estas mujeres que eran alquiladas, vendidas y hasta subastadas.
El material de archivo que hoy se encuentra en Tel Aviv va desenmascarando, junto con testimonios de investigadores, historiadores y nietos de inmigrantes judíos, cómo esta red fue ganando espacios en puntos claves de la sociedad de la época como el teatro y espectáculos de convocatoria social, sus intentos de ingreso en el cementerio o el tratamiento del tema de la salud y las condiciones que debían enfrentar con el tema de las enfermedades de transmisión sexual.
Esos registros, cartas y recuerdos de este pasado reciente, toman fuerza y mayor cuerpo en la voz de Sonia Sánchez, sobreviviente de la prostitución, escritora, activista y una verdadera referente en el campo de la militancia feminista (y más en particular contra la trata de personas) que hace que todo el material cobre sentido en el presente.
Si bien el documental de Florencia Mujica y Daniel Najenson guarda una estructura clásica, los elementos sobresalientes son la banda de sonido nutrida con canciones relacionadas con la cultura judía y ese puente que se instala gracias a Sonia Sánchez entre el presente y estos hechos del pasado que aún hoy pretenden quedar sepultados en el silencio y el olvido.
“IMPUROS” expone y le otorga una voz potente a una historia acallada, la de esas mujeres que han sido sexualmente explotadas y que aún hoy siguen enterradas en tumbas sin lápidas, sin ser identificadas, sumidas en el olvido, el señalamiento social y el profundo silencio.