Impuros

Crítica de Laura Pacheco Mora - EscribiendoCine

Historias que deben ser contadas

La propuesta de Florencia Mujica y Daniel Najenson, resulta esclarecedora a pesar del tiempo transcurrido y los impedimentos para recabar la información necesaria. Una muestra de cómo la sociedad argentina, en la época de la gran inmigración, eligió la ignorancia e indiferencia a partir de una visión hipócrita que daba por sentado el “no hablar” de ciertas cosas.

Impuros (2018) trata sobre como un grupo de proxenetas judíos-polacos se instalan en Argentina a principios del Siglo XX y, ocultándose detrás de la “Asociación de Socorros Mutuos Varsovia”, constituyen una red de trata, que traficó y explotó sexualmente a miles de mujeres traídas desde Europa Central. La comunidad judía local advierte el manejo impune de estos grupos y los expulsa de su seno, nombrándolos “Impuros”. La huella de estas mujeres se desvanecerá a partir de ciertas complicidades que involucran al poder político y policial de aquella época.

Esto queda plasmado gracias a una minuciosa investigación que incluye testimonios a cámara, documentos y datos de archivo, incorporando fuentes periodísticas y de la administración sanitaria; un recorrido por diferentes puntos de importancia, como el prostíbulo de Rosario y el Cementerio judío de La Tablada.

Seis mil cartas de pedido de ayuda son seis mil vidas destrozadas de mujeres-mercancía, no solo por el crimen organizado, sino también por la complicidad y el silencio, que aún duele, de buena parte de las autoridades y algunos sectores de la sociedad. Nunca sabremos en realidad cuántas fueron.