Imparable

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Después de filmar la remake de Rescate en el Metro 123, Tony Scott decidió volver a las vías con una propuesta distinta que recrea un incidente verídico, ocurrido con los trenes en el 2001, en Estados Unidos.
Creo que Imparable va a quedar con el correr del tiempo como uno de los trabajos más subestimados de este director, quien es uno de los grandes artistas de Hollywood que laburan en el campo de la acción y sabe brindar productos entretenidos.
Tal vez no reciba la misma atención que otros trabajos de Scott como Escape salvaje (True Romance), Top Gun, Hombre en llamas o Marea Roja, pero es un film donde el cineasta logró destacarse, una vez más, como uno de los mejores realizadores del género.
Esta es una propuesta bastante particular del director ya que acá no hay terroristas, asesinos, grandes tiroteos ni villanos.
La película es una recreación de un incidente que se produjo en Ohio, el 15 de mayo de 2001, cuando un tren fuera de control, que transportaba materiales químicos tóxicos acaparó la atención de todos los medios de ese país, que siguieron en vivo paso a paso como los empleados del ferrocarril trataban de parar una locomotora con 47 vagones que viajaba a más 82 kilómetros por hora.
Scott básicamente se dedicó a recrear con su estilo visual y narrativo lo que se vivió aquel día en esa ciudad con algunos cambios para hacer un poco más dramática la película.
La sorpresa de Imparable es que la trama que brindaba en principio no parecía muy atractiva, pero fue la dirección del viejo Tony lo que convirtió a este film en una propuesta recomendable.
En breve minutos el director presenta a los personajes principales y a partir del momento en que un empleado ferroviario pierde el control del tren, la película se vuelve totalmente atrapante y logra engancharte por completo hasta el final.
Sin acudir a grandes villanos ni esos tiroteos que tan bien suele dirigir, Scott mantiene el suspenso constante con una producción que sorprende por la imponente logística que tuvo la realización.
Los trenes que se ven en la historia no son de juguete o recreados con animación computada y hay algunas secuencias de acción que son espectaculares por el trabajo que requirieron concretarlas. El tipo filmó esos momentos con el estilo de la vieja escuela, donde los directores no se dormían con la tecnología digital porque no existían esas herramientas.
Cuando Tony Scott vuelca una locomotora y la estrella contra otros autos lo hace en serio y esa escena que dura segundos tiene detrás un equipo enorme de laburo, que planificaron durante meses ese tipo de secuencias.
Como la crítica de cine suele subestimar a este género estas cosas nunca se mencionan y creo que está bueno destacarlas cuando hacen un gran laburo.
Imparable tiene sus puntos flojos en algunas cuestiones argumentales.
Por ejemplo, en la historia, los medios de prensa son implacables y siempre tienen la información correcta. A los pocos minutos de ocurrido el incidente, la televisión ya identifica al empleado que perdió el control del tren.
En la vida real eso no sucede con tanta precisión, de hecho, al día de hoy la compañía ferroviaria de Ohio nunca informó la identidad del empleado responsable de los hechos.
Pero bueno, este estreno tampoco es una película intelectual que requiera un desarrollo profundo de los personajes principales.
Denzel Washington, con todo el respeto que merece como actor, en esta historia su participación sirve para que el poster tenga una cara conocida, ya que los grandes protagonistas son los trenes.
Rosario Dawson es quien más logra destacarse un poco en el reparto.
De todas maneras la gran vedette de esta producción es claramente el suspenso y la acción y en ese sentido el director Scott cumplió con su objetivo.
Imparable es una apuesta segura para los que busquen entretenerse con una historia de supenso bien dirigida por un veterano de Hollywood.