Ilse Fuskova

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Ilse Fuskova, fundadora de una militancia.

Cumpliendo los 90 años de edad, la artista y militante Ilse Fuskova se presta a un repaso sobre su agitada vida, que la llevó a convertirse en referente fundamental de la militancia feminista y lésbica argentina.

Nacida en 1929 en una familia de clase media que emigró a la Argentina desde Alemania y Hungría, de joven Ilse Fuskova tuvo algunas facilidades para ser lo que pretendiera ser. Conoció algo del mundo viajando como azafata en una época donde los viajes en avión eran mucho más largos y pudo contar sus experiencias trabajando como periodista y escritora, antes de descubrir su interés por la fotografía.

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Alta Peli

CRÍTICASIlse Fuskova (REVIEW)

por

Matías Seoane

publicada el 11/11/2021

Ilse Fuskova, fundadora de una militancia.

Cumpliendo los 90 años de edad, la artista y militante Ilse Fuskova se presta a un repaso sobre su agitada vida, que la llevó a convertirse en referente fundamental de la militancia feminista y lésbica argentina.

Nacida en 1929 en una familia de clase media que emigró a la Argentina desde Alemania y Hungría, de joven Ilse Fuskova tuvo algunas facilidades para ser lo que pretendiera ser. Conoció algo del mundo viajando como azafata en una época donde los viajes en avión eran mucho más largos y pudo contar sus experiencias trabajando como periodista y escritora, antes de descubrir su interés por la fotografía.

Tal como se esperaba de ella, se casó y tuvo tres hijos, pero descubrir la militancia feminista fue también descubrir una parte de sí que tenía negada. Rechazada por su familia, Ilse Fuskova se concentró en el arte y el activismo en tiempos en que el país aún se encontraba concentrado en reacomodar su sistema democrático, con resabios autoritarios y violentos muy presentes en la sociedad de forma nada disimulada. Una violencia que se volvió aún más explícita cuando eventualmente se reconoció públicamente lesbiana ante las cámaras de televisión, convirtiéndose en uno de los referentes más visibles del movimiento.

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CRÍTICASIlse Fuskova (REVIEW)

por

Matías Seoane

publicada el 11/11/2021

Ilse Fuskova, fundadora de una militancia.

Cumpliendo los 90 años de edad, la artista y militante Ilse Fuskova se presta a un repaso sobre su agitada vida, que la llevó a convertirse en referente fundamental de la militancia feminista y lésbica argentina.

Nacida en 1929 en una familia de clase media que emigró a la Argentina desde Alemania y Hungría, de joven Ilse Fuskova tuvo algunas facilidades para ser lo que pretendiera ser. Conoció algo del mundo viajando como azafata en una época donde los viajes en avión eran mucho más largos y pudo contar sus experiencias trabajando como periodista y escritora, antes de descubrir su interés por la fotografía.

Tal como se esperaba de ella, se casó y tuvo tres hijos, pero descubrir la militancia feminista fue también descubrir una parte de sí que tenía negada. Rechazada por su familia, Ilse Fuskova se concentró en el arte y el activismo en tiempos en que el país aún se encontraba concentrado en reacomodar su sistema democrático, con resabios autoritarios y violentos muy presentes en la sociedad de forma nada disimulada. Una violencia que se volvió aún más explícita cuando eventualmente se reconoció públicamente lesbiana ante las cámaras de televisión, convirtiéndose en uno de los referentes más visibles del movimiento.

Ilse Fuskova Kornreich Wunche

Dueña de un carisma y una energía envidiable a sus 90 años, en este documental co-dirigido por Liliana Furió (Tango Queerido) y Lucas Santa Ana (El puto inolvidable, Yo, adolescente), Ilse Fuskova narra con humor y lucidez sus historias en una serie de entrevistas combinadas con material de archivo, pero también se permite mostrar algunos fragmentos de su ser interior, de los sacrificios que hizo por convertirse en una persona pública y cómo decidió alejarse de ese lugar. 

La voz de la protagonista es complementada por la de gente que compartió su vida, su activismo o que se vio influenciada por ella, por lo que resulta no tanto una pieza informativa como sí un homenaje cargado de amor y admiración hacia una persona que supo ser el motor de un activismo que todavía estaba en formación y para el que no había todavía manuales de estilo. Un camino que la llevó a espantar a los ajenos pero también ganarse las críticas de parte del mismo colectivo que militaba a su lado, algunas veces por un comprensible temor ante las audaces ideas de Ilse.

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CRÍTICASIlse Fuskova (REVIEW)

por

Matías Seoane

publicada el 11/11/2021

Ilse Fuskova, fundadora de una militancia.

Cumpliendo los 90 años de edad, la artista y militante Ilse Fuskova se presta a un repaso sobre su agitada vida, que la llevó a convertirse en referente fundamental de la militancia feminista y lésbica argentina.

Nacida en 1929 en una familia de clase media que emigró a la Argentina desde Alemania y Hungría, de joven Ilse Fuskova tuvo algunas facilidades para ser lo que pretendiera ser. Conoció algo del mundo viajando como azafata en una época donde los viajes en avión eran mucho más largos y pudo contar sus experiencias trabajando como periodista y escritora, antes de descubrir su interés por la fotografía.

Tal como se esperaba de ella, se casó y tuvo tres hijos, pero descubrir la militancia feminista fue también descubrir una parte de sí que tenía negada. Rechazada por su familia, Ilse Fuskova se concentró en el arte y el activismo en tiempos en que el país aún se encontraba concentrado en reacomodar su sistema democrático, con resabios autoritarios y violentos muy presentes en la sociedad de forma nada disimulada. Una violencia que se volvió aún más explícita cuando eventualmente se reconoció públicamente lesbiana ante las cámaras de televisión, convirtiéndose en uno de los referentes más visibles del movimiento.

Ilse Fuskova Kornreich Wunche

Dueña de un carisma y una energía envidiable a sus 90 años, en este documental co-dirigido por Liliana Furió (Tango Queerido) y Lucas Santa Ana (El puto inolvidable, Yo, adolescente), Ilse Fuskova narra con humor y lucidez sus historias en una serie de entrevistas combinadas con material de archivo, pero también se permite mostrar algunos fragmentos de su ser interior, de los sacrificios que hizo por convertirse en una persona pública y cómo decidió alejarse de ese lugar. 

La voz de la protagonista es complementada por la de gente que compartió su vida, su activismo o que se vio influenciada por ella, por lo que resulta no tanto una pieza informativa como sí un homenaje cargado de amor y admiración hacia una persona que supo ser el motor de un activismo que todavía estaba en formación y para el que no había todavía manuales de estilo. Un camino que la llevó a espantar a los ajenos pero también ganarse las críticas de parte del mismo colectivo que militaba a su lado, algunas veces por un comprensible temor ante las audaces ideas de Ilse.

La propuesta que rodea y da forma a las entrevistas es simple pero efectiva: entrevistas a cámara fija donde cada persona convocada se dedica a contar su parte de la historia, todo conectado por un montaje clásico que no intenta sumar con la imagen mucho más a lo dicho con palabras, las que difícilmente alcancen para resumir una vida tan activa como la de Ilse Fuskova en tan solo un rato.