Igor. El bueno de la película

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Jorobado el chiquitín

Entre truenos y relámpagos, surje la figura encorvada de Igor, el personaje central de esta película de animación, que en otros tiempos también sirvió al Dr. Frankenstein en sus macabros inventos. Sólo responde “Sí, amo” y está obligado sólo a obedecer.

Pero la oportunidad se le presenta cuando el Dr. Glickenstein desaparece misteriosamente y decide preparar su “invento” para la Feria del Mal. Ya no tendrá que servir más a genios dedicados a crear maldad.

Esta coproducción entre Estados Unidos y Francia se exhibe en nuestro país en su versión doblada al castellano, y no permite apreciar la voz original de John Cusack animando al personaje central.

Igor resulta atractiva al comienzo, por el cruce de climas oscuros, sus referencias a La novia de Frankenstein, El extraño mundo de Jack y guiños para el público adulto, pero con eso no basta. La trama pierde fuerza y el film apenas encuentra algunos hallazgos como la inclusión de fragmentos de películas en blanco y negro.

El desfile constante -y algo exagerado- de extrañas criaturas y los intentos de Igor por presentar su gran invención luego de la desaparición del Dr. Glickenstein, se tornan reiterativos. Una lástima, porque la animación es del mejor cuño.

La perlita de la película es Heidi, una monstruosidad creada con partes de otros cuerpos (¿que diría Boris Karloff?), de andar pesado, y con sueños de convertirse en actriz. No en vano canta “Mañana”, el tema central del musical Annie.

Sólo para los más chiquitos...