Hoy se arregla el mundo

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Mamá se fue de viaje… al otro barrio.

Como creador y productor del programa de TV “Hoy se arregla el mundo”, David ‘El Griego’ Samarás (Leonardo Sbaraglia) es el clásico estereotipo de hombre semi exitoso y absorbido por su trabajo: maneja con los ojos cerrados la producción de su decadente programa, pero desconoce a qué grado o a qué escuela concurre su hijo Benito (Benjamín Otero).

Hoy se arregla el mundo - Crítica hoy se arregla el mundo
El Griego afirma que quiere a su hijo, pero no parece afectarle en lo más mínimo cuando Silvina (Natalia Oreiro) le informa que por una oferta laboral está considerando mudarse a España con el niño. Perpleja por la falta de reacción, Silvina le confiesa que en realidad Benito no es su hijo, pero muere antes de poder dar el nombre del verdadero padre biológico.

El Griego recibe entonces lo que tanto necesita: una forma elegante de deshacerse del niño. Solo tiene que ayudarlo a descubrir quién es su verdadero padre para poder cederle la responsabilidad y volver a concentrarse en sí mismo, porque el rating del programa al que le dedicó los últimos años de su vida viene en picada y la amenaza de ser levantado del aire está cada vez más cerca.

Hoy se arregla el mundo, un cameo a la vez
Es probable que alcance con media hora de película, o incluso con leer la sinopsis, para tener una idea bastante acertada de todo lo que va a suceder a lo largo de Hoy se arregla el mundo. Es que ni la sorpresa ni la complejidad parecen ser obligatorias en el cine cuando hay suficientes rostros conocidos pasando frente a la cámara en alguna escena como para justificar poner sus nombres en el póster y el trailer. Si después son apenas cameos irrelevantes para la trama, su trabajo ya está hecho.

Entonces, lo más interesante que tiene para ofrecer Hoy se arregla el mundo son un par de cruces con buena química entre Sbaraglia y Otero, quienes logran algunos momentos de ternura o hasta buen dramatismo a pesar de que los diálogos que les marca el guion se esfuercen por evitarlo. Queda a discusión si los comentarios que hacen algunos personajes de Hoy se arregla el mundo, sobre que los guionistas del programa de TV son cursis y repetitivos, en realidad son un pedido de auxilio bastante meta que busca atravesar la pantalla para despegarse del resultado o solo un accidente inesperado.

hoy se arregla el mundo
La relación entre los protagonistas avanza con la misma extrema linealidad que su misión. Y mientras visitan juntos a los potenciales padres biológicos del niño, van descubriendo la vida previa de Silvina, una que Benito no pudo conocer y que al Griego nunca le interesó. Con cada visita desarrollan un vínculo por ósmosis que se va fortaleciendo por el simple hecho de estar uno cerca del otro, mientras que la película hace malabares tirando cosas a su camino para que parezca que algo más está sucediendo, que algo de todo eso tiene sentido o que influye en la trama central de alguna forma que no sea apenas superficial.

A la realización no le faltan recursos ni oficio, todo cumple con la prolijidad y vistosidad que se espera de un producto de industria de este tipo, al que nunca le falta público dispuesto a encontrarle el atractivo. Especialmente si les prometen ver en la pantalla grande a un par de sus actores y actrices preferidos componiendo algunas escenas emotivas o graciosas sueltas, las que se van amontonando una atrás de otra hasta llegar a un desenlace que los deje con una sonrisa. Si además ayuda a algún padre ausente a limpiar culpas por concentrarse en su actividad audiovisual antes que en la paternidad, en Hoy se arregla el mundo eso es un bonus.

CONCLUSIÓN
Lugares comunes, situaciones forzadas y algunos momentos de buena química entre sus protagonistas. Hoy se arregla el mundo ofrece lo poco que promete.