Hotel Transylvania

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Drácula como un anfitrión familiar

El filme tiene momentos ingeniosos, pero fugaces, buenos efectos especiales y secuencias destacables como la fiesta de cumpleaños de Mavis y la secuencia de los zombies disfrazados de humanos.

Los tiempos cambian. En una época, el horror pasaba por "El hombre de la bolsa", que convivía con Lobos, Caperucitas y brujas varias.

Más tarde llegaron nuevos monstruos al cine y la televisión, así aparecieron vampiros, fantasmas y momias. Aunque con tantos peligros reales que se experimentan diariamente, parece que nada nos asusta y así nos acostumbramos a convivir, a través de la ficción, con vampiros, gremlins y otros extraños, o divertidos bicharracos.

Con este nuevo filme que se estrena hoy, la pantalla se inunda de simpáticos monstruos, en tren de convivir todos en un mismo lugar.

Es el caso de este "Hotel Transylvania", que a pesar de que la idea del dueño era reunir a sus pares, todos monstruos, para que estén más cómodos y lejos de los "temibles humanos", lo diferente se cuela y da un toque distinto a la realidad.

PADRE EXTRAÑO

En "Hotel Transylvania", Drácula es el padre de una chica en tren de cumplir años. Frankenstein tiene novia, el Hombre Lobo exhibe familia y todos conviven en paz y con alegría en este nuevo "resort" atendido por mucamas que son brujas. Todo parece estar en paz, hasta que un adolescente humano, un mochilero llamado Jonathan, llega al hotel y se enamora nada menos que de Mavis, la hija de Drácula, que también es humana como el chico, aunque está a punto de cumplir ciento dieciocho años, edad en la que los vampiros pasan a cumplir la mayoría de edad. Con la llegada del travieso muchacho todo se complica y Drácula, el padre de la chica, se pone inquieto.

GRAN CUMPLEAÑOS

"Hotel Transylvania" es muy similar a "Monster.Inc", pero sin la creatividad de aquella. Aunque cabe aclarar que esta vez la propuesta está dirigida a los más pequeños y la originalidad inicial, de las primeras escenas, con la creación de un hotel, con sus clásicos y divertidos contratiempos de cualquier lugar de hospedaje para mucha gente, no logra mantenerse hasta el final de la película.

Los diálogos, luego de la media hora inicial, parecen apagarse, las situaciones se repiten y pierden el sabor de la sorpresa. Sí, es cierto que "Hotel Transylvania" tiene momentos ingeniosos, pero fugaces, buenos efectos especiales y secuencias destacables como la fiesta de cumpleaños de Mavis y la secuencia de los zombies disfrazados de humanos.