Hotel Mumbai: El atentado

Crítica de Nicolás Ezequiel Barak - Cuatro Bastardos

Hotel Mumbai: Dura, intensa y carente de moralidad.
En 2008 la ciudad de Bombay fue víctima de un ataque terrorista organizado, donde se atacaron 10 lugares totalmente aleatorios y dejaron una huella de más de 150 muertos y centenas de heridos. Esta película cuenta en forma de ficción la historia de uno de esos atentados, el del Taj Mahal Hotel.
El Taj-Mahal Hotel fue víctima de un atentado terrorista donde por casi 3 días todos los empleados del hotel y sus huéspedes fueron aniquilados o perseguidos con el mismo fin. Uno de los puntos más interesantes de este hotel en comparación a los otros ataques es no solo su larga duración, sino que los mismos empleados fueron liderando grupos de socorrismo y escondite del terrorismo, mientras esperaban la llegada de las fuerzas especiales para que frenen el atentado.
Lo primero que se le puede venir a uno a la cabeza al escuchar que una historia así está siendo filmada es el hecho del respeto. Es la única forma de abordar un conflicto así, y aunque el tono de este film es sobrio, su juego en el límite de lo correcto y lo incorrecto es quizás uno de sus mayores problemas. Esta historia está formulada como un Thriller y como cualquier buena película de este género, es totalmente intensa.
Es por esta intensidad y por una representación a veces muy explícita que la obra termina moviendo tanto al espectador. Sus escenas de acción son fuertes, sus personajes interesantes y aunque sus momentos emocionales no sean lo mejor que pueden ser, no cae con facilidad en la sensiblería. Porque si, esta opera prima de Anthony Maras busca mover al espectador, y va directo a ser efectista, visual en muchas ocasiones, pero siempre parece quedar mágicamente del lado del respeto.
Las actuaciones están a un muy buen nivel, destacando sin lugar a dudas el personaje de Dev Patel (Slumdog Millionaire) y resaltando también a Armie Hammer (Call Me By Your Name) y la no tan conocida pero si muy sorprendente Tilda Cobham-Hervey que en un papel menor logra llevarse bastante atención en el film, interpretando a una niñera en el medio del hotel. Es gracias a ellos que la balanza termina jugando para el lado del respeto, siendo sus roles extremadamente claves para el tono de la película.
No se puede decir lo mismo de la edición, que muchas veces recurre a montajes paralelos para contar y mostrar la acción desde distintas perspectivas, y que continuamente hace dudar al espectador de si la obra tiene realmente un punto de vista. Es esta duda y esta indecisión en la historia que cuenta lo que hace que cada escena de tensión sea algo extraña y que cada momento cinematográfico, que los tiene, sea difícil de ver.
Porque por algo La lista de Schindler es un drama y no una película de acción. Y por algo Apocalypse Now sigue siendo recordada y apreciada 40 años después. Son obras que su objetivo principal es el respeto. Cuando uno visiona estas historias no se pregunta qué va a pasar, sino de por qué pasó lo que pasó. Está claro que este atentado guarda poca relación con cualquiera de las dos guerras que cuentan los films con los que injustamente comparé, pero también es ese respeto por las familias y ese cuidado por lo correcto es lo que más falta le hace.
En conclusión, la experiencia de ver Hotel Mumbai es dura. La película está hecha con un gran detalle técnico y la tensión es una de esas emociones continuas en este duro film. Lo visceral, en cambio, termina siendo algo que resta mucho más de lo que suma, y achata mucho de su potencial mensaje. Como película, es excelente, pero su poca pretensión y su forzada moralidad la condenan a ser un Thriller más, que pone sus propios límites en la intención de hacer llorar mucho más de lo que intenta hacerte pensar.