Hotel Mumbai: El atentado

Crítica de Melody San Luis - Fancinema

EL LADO B DE LOS ATENTADOS

Desde el título Hotel Mumbai ya está marcando un posicionamiento que luego tomará eje durante todo el film, pues se elige el nombre local que hace referencia a Bombay. Anthony Maras trabaja bien el suspenso y, por sobre todo, aporta una visión desde la India al atentado que relata.

La película está basada en un hecho real: los atentados simultáneos del 2008 en Bombay. Fueron doce los ataques, pero desde film muestran dos y luego se centran en un tercero, el del hotel Taj Mahal. Este palacio turístico tiene relevancia desde el comienzo y es así como vamos conociendo a sus empleados y las condiciones de trabajo.

Dada la intensidad que el relato necesita para el trabajo con el atentado, solo se cuenta un poco de la vida de uno de los empleados, Arjum (Dev Patel). Con algunos pocos detalles vemos cómo él y su familia viven en una condición de vida humilde. Un hecho relevante para mostrar la necesidad es que él llega al hotel, se da cuenta que se ha olvidado sus zapatos, y el encargado le dice que se vuelva a su casa. Ante las súplicas, le presta unos zapatos que son de talle más chico y él los usa igual para no perder el día laboral.

Hotel Mumbai realiza un buen trabajo de suspenso, pero la tensión esta vez está distribuida entre tres puntos: empleados, terroristas y huéspedes. Y este orden no es azaroso, son los turistas que han parado en el hotel los que peor imagen tienen en el film: aun dejando claro el hecho de ser víctimas de la situación, son los que se comportan de forma más individualista.

Los empleados toman un rol esencial: primero vemos cómo cuentan con un muy buen nivel de excelencia y de hábitos, para luego ir mostrándonos cómo la mayoría de ellos no pueden salir de su rol de servicio. Ellos conocen la logística de hotel y todos sus lugares, podrían, de esta manera, salvarse de morir, pero deciden quedarse para poder ayudar a quienes se hospedan en el lugar. En contraposición a los trabajadores, la mayoría de los turistas no piensan de manera colectiva. Sus decisiones toman relevancia desde el interés y preocupación particular, ya que creen que sus vidas están por encima los demás y es así como arriesgan a todos.

Los terroristas también tienen voz en el relato. Por un lado, sabemos que en su mayoría son jóvenes. Desde algunos diálogos que mantienen con un desconocido en línea telefónica conocemos las razones que los llevan a realizar esa matanza. Vemos así cómo ese reclamo tiene intención de denuncia social, manifestando que los lujos que se dan las personas que hacen turismo en el lugar son a costa de la explotación de la India. El film elige mostrar a uno de ellos quebrado ante la desesperación de su tarea y superado por el dolor físico. Este momento marca una gran diferencia con otros film de la temática, en los que no aparece la visión de quiénes están realizando el ataque. Los atacantes ya no son los “malos” sino que encuentran en esa vía de reclamo una forma de visibilización de sus padecimientos sociales.