Hotel Mumbai: El atentado

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Se parte de la historia del ataque terrorista del Taj Hotel de Bombay (Mumbay en inglés), un lugar lujoso y tradicional, que es copado por un grupo de fanáticos paquistaníes que en un comando suicida matan a todos los que se les cruzan. El camino que se eligió para mostrar esos ataques en la ciudad y en el lujoso hotel esta realizado con gran calidad por el debutante director Anthony Maras, que toma todos los puntos de vista, desde los sacrificados empleados que arriesgaron sus vidas por salvar huéspedes, ellos como pasajeros de una pesadilla, los mismos atacantes alienados constantemente en su misión sin retorno, la policía de la ciudad abrumada por un ataque sin igual. No hay comentarios políticos o sociales, con personajes que no son profundizados, y todo el peso del  film, como si se tratara de una reconstrucción documental de lo sucedido, descansa en la tensión que produce por la duración de la pesadilla que se siente real, rotunda, a lo largo de las dos horas en las que se extiende el film. No hay héroes desmesurados, sino pequeños rasgos de egoísmos y otros de entrega, reflejos de los políticamente correcto, algunas pinceladas para mostrar prejuicios, desprecios y entregas. El guión es del director y John Collee que se desarrolla como una noche sin fin aunque los sucesos duraron tres días. El director se concentra en todos los ataques,  y cada disparo, cada explosión, cada ejecución, se sientes terribles y reales, aunque no hay regodeo en la sangre y los detalles, cosa que se agradece. Hay momentos muy perturbadores, empleados mintiéndoles a los huéspedes para que abran la puerta de sus habitaciones y luego ser todos ejecutados. Ese nivel de estar metidos en la realidad del infierno es la mayor fuerza de la película, aun en el agobio de la repetición de acciones violentas