Hotel infierno

Crítica de Alejandro Turdó - EscribiendoCine

Los visitantes

Otra de las películas de la Competencia Iberoamericana que tuvo su estreno en el 16 Buenos Aires Rojo Sangre , Hotel infierno (2015) es la ópera prima de Marcos Palmeri, una película que llega a los espectadores luego de muchos sacrificios y tres años de realización.

Todo comienza cuando una pareja se pierde con su auto en medio de la tormenta y busca refugio en un antiguo hotel alejando de todo. Su dueña llamada Remedios (interpretada por una intensísima María Alejandra Figueroa) los acoge en la posada que atiende junto a sus dos hijos mellizos, un varón y una jovencita que buscan averiguar la verdad sobre su fallecido padre, algo que su madre se niega a charlar. Un extraño jardinero completa el staff del lugar.

Cuando un hombre y una mujer se hospedan en el hotel, la ultra-religiosa Remedios comienza a actuar más extraño que de costumbre, al mismo tiempo que sus hijos comienzan a intentar contactar a su difunto padre utilizando un extraño libro que encontraron en el sótano.

Es justamente el propio hotel uno de los puntos a favor más vistosos de la producción, se lo percibe como un personaje más gracias a su arquitectura y al logrado diseño de arte. Se siente como una estrucutura de muchos años cargada de secretos y misterios. En Hotel infierno todo se apoya en el clima opresivo y ominoso sobre el cual se desarrolla el relato.

Conforme avanza la trama conocemos más y más sobre el oscuro pasado del lugar y sus dueños, pero llegamos a un punto en que las acciones parecen acumularse sin ningún otro objetivo que llevarnos hasta el inexorable deselance, y es a través de este trayecto donde ciertos puntos argumentales se sienten forzados y no tan pulidos. El final de todas formas se guarda una sorpresa más para el espectador atento que no dejó pasar por alto los detalles.