Hortensia

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Nunca toques esa heladera
La idea de anomalía atraviesa el pequeño universo de Hortensia -2015-, así se llama la protagonista además, quien vive sola tras la trágica muerte de su padre, al quedar electrocutado por abrir una heladera Siam. El elemento no es para nada casual y ancla la historia a un tiempo no definido, pero que remite al pasado donde los recuerdos están presentes no desde el flashback propiamente dicho, sino desde los detalles que se manejan en la puesta en escena.
El cine de Martin Rejtman parece encontrarse con el de Aki Kaurismaki en el pasillo y de esa charla imaginaria emerge esta película, con un tono asordinado que vira al absurdo cuando busca el humor, pero que también se encarga de construir una galería de personajes atípicos que aportan esa rareza necesaria para que el relato escape de ese realismo que pretende tocar pero de manera tangencial.
El fuerte de Hortensia lo constituye su protagonista, capaz de transmitir desde su mustia expresión rasgos que la hacen querible y por los cuales se logra comprender su sufrimiento en este tránsito de duelo, en sus miedos que se multiplican en la casa y en el intento de búsqueda para poder cumplir una lista de sueños que la conectan tanto con su infancia como con las posibilidades de un futuro sin la presencia de su padre.
Hortensia vale como apuesta de cine argentino capaz de crear un tono propio y sin quedar atado a esquemas tradicionales tanto en lo que hace a la comedia como a la tragedia que son dos de los elementos principales que se cruzan en la trama y explotan de las maneras menos esperadas.