Horas contadas

Crítica de Laura Petroff - El Lado G

Las películas de aventuras live-action de Disney suelen responder a una fórmula casi comprobada de éxito, pero al tratarse de una historia real todo cambia.

Hace ya años que las películas de navegación son históricas del siglo XIX hacia atrás, sean de piratas o no. Grandes obras como Das Boot o El Motín del Bounty son sólo un recuerdo para los señores fanáticos del mar. Es ahí donde The Finest Hours salva el día: una historia real ambientada en la década del 50 puede convertirse en la vuelta del océano como protagonista en la pantalla grande. Si bien hubo un intento el año pasado con In the Heart of the Sea (2015), su fracaso tanto en la taquilla como entre el público tal vez hasta juega en contra del revival de lo marítimo. En febrero de 1952 se desató en la costa este de Estados Unidos una tormenta pesadísima, un ciclón. En alta mar a 30 millas de la costa se encontraban dos buques petroleros en una situación terrible: los vientos fuertes y la fuerza del mar los partieron a ambos en dos. Será responsabilidad de Bernard C. Webber y su tripulación de tres intentar rescatar en medio de la tempestad a los 33 sobrevivientes del SS Pendleton.

La historia es bastante directa y sincera. El libro en el que se basó es The Finest Hours: The True Story of the U.S. Coast Guard’s Most Daring Sea Rescue, del año 2009 y fue seguido al pie de la letra en la realización del guion. Dos de los marineros que tomaron parte en los eventos de 1952, Andy Fitzgerald y Mel Gouthro, visitaron el set cuando se hizo el rodaje en el astillero de Fore River en el pueblo de Quincy, en noviembre de 2014. Su director, Craig Gillespie, tiene experiencia en filmes largos como la remake de Fright Night (2011) y Lars and the Real Girl (2007). Su equipo de guión cuenta con Scott Silver, escritor de 8 Mile y The Fighter, dos películas lejanas a lo que Disney suele hacer. La historia es muy correcta y PG-13: ambos aspectos, de la mano de la productora del famoso ratón, garantizan una aventura a la medida de Pirates of the Caribbean o Tron: Legacy.

La constante exaltación de valores positivos como la amistad, el altruismo y la valentía es ya un clásico de Disney pero en un contexto de historia real acerca al espectador a los héroes. Su contacto con ellos es verdadero y no puede cuestionarse como a cualquier personaje totalmente inventado: estas fueron personas reales con valores que arriesgaron su vida para salvar la de otros. Los personajes principales son interpretados por Chris Pine (Star Trek), Casey Affleck (Interstellar), Holliday Grainger (The Borgias) y Ben Foster (3:10 to Yuma). El trabajo de vestuario y estilo es impecable, ayudándolos mucho a insertarse en la década del 50. Sus actuaciones no son nada del otro mundo pero funcionan muy bien con el tono e intención de la película. Los diálogos, como en todo live-action de Disney, son desabridos y simples pero dichos por estos muchachos transmiten fácilmente todo lo que la película pide.