Horas contadas

Crítica de Iván San Martín - Cinergia

Un tormentón no es caída

Muchas películas son “basadas en hechos reales”, algunas con mayor fidelidad que otras a las situaciones originales pero la mayoría con historias lo suficientemente fuertes como para pasar a la gran pantalla. En este caso de la mano de Disney (que gusta mucho de estas historias) llega Horas contadas, esta dramatización de un hecho ocurrido en febrero de 1952.
Bernie Webber (Chris Pine) es un joven guardacostas a punto de casarse con Miriam (Holliday Grainger), que ante una brutal tormenta deberá rescatar a los tripulantes de un buque petrolero que debido a las grandes olas quedó partido en dos. Cuando los guardacostas más experimentados deban acudir a rescatar a otro buque que atraviesa la misma situación cuya transmisión de auxilio llegó primero, tendrá que ir con un grupo de voluntarios formado por Richard Livesey (Ben Foster), Andrew Fitzgerald (Kyle Gallner) y Ervin Maske (John Magaro).
La tripulación del SS Pendelton tiene unas pocas horas para sobrevivir y es el ingeniero Ray Sibert (Casey Affleck) quien a pesar de los problemas con gran parte de sus compañeros intentará mantenerlos a todos con vida y esperar que llegue el rescate.
Una historia de superación donde los protagonistas no solamente deberán hacerle frente a las tremendas e inesperadas fuerzas de la naturaleza sino también a los esfuerzos físicos y psicológicos que requieren aguantar la embestida de olas de casi dos metros de altura donde cualquier descuido los dejará al borde de la muerte.
Chris Pine se mete en la piel del heroico Bernie Weeber y aunque le falta algo del carisma que sabe tener está muy bien en todas las facetas que le toca atravesar al personaje. Casey Affleck como el ingeniero del barco que de repente tendrá que ser el cerebro de una tripulación en crisis es la mejor de las interpretaciones.
Los guionistas Scott Silver, Paul Tamasy y Eric Johnson adaptan el libro de Casey Sherman y Michael J. Tougias “The Finest Hours” y aunque es bastante redondo y no aburre le cuesta entrar en la acción ya que hay mucha contextualización del protagonista en sus primeros minutos, incluida su historia de amor. Además de agregar algunos pequeños sucesos que no ocurrieron en realidad también otorgan un argumento a Miriam para darle más dramatismo a la historia.
Craig Gillespie, director de Lars y la chica real (Lars and the Real Girl, 2007) vuelve a trabajar en una película producida por Disney luego de Un golpe de talento (Million Dollar Arm, 2014), aunque hay cierto abuso en el uso de los efectos visuales pero que a pesar de eso generan la tensión deseada.

Horas Contadas es una típica película de superación que además es entretenida, basta con googlear los datos y ver las imágenes que aparecen en los créditos finales para darse cuenta que ese hito sigue siendo uno de los más importantes de la historia naval mundial y realizado por personas reales que decidieron cumplir con su labor.