Homeless

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Feos, sucios y buenos

Con la frase “Está película no discrimina, ofende a todos por igual” se abre el paraguas del tipo de film que estamos a punto de ver. Esta coproducción chilena-Argentina es una animación para adultos insolente y gratamente subversiva, al estilo de Rick and Morty, Ren & Stimpy, South Park o las que realiza Ayar Blasco, por poner un ejemplo del hemisferio sur.

La historia se presenta como una crítica mordaz al capitalismo, o mejor dicho, a todos y a cada uno de sus seres: millonarios, clase media, pobres y los homeless del título. No se salva nadie de la parodia satírica y tampoco, ante la ausencia del dinero virtual, del caos mundial. Los homeless -un lisiado, un artista, un idealista de izquierda y un niño ex rico que perdió su fortuna-, serán los encargados de detener a Waldo Alegría (que no es otro que Walt Disney) y su ejército de ratones del parque de diversiones Felicilandia para restablecer, paradoja mediante, el sistema.

Muchas ideas son llevadas al externo con un humor anárquico -por momentos repulsivo- que busca y logra incomodar (de ahí la aclaración inicial) tanto como entretener. El niño rico apodado “queso” es el primero que cuestiona la noción de felicidad impuesta por su millonaria familia y luego por Waldo, el villano descongelado de la historia. Pero la sátira no está solo en ellos sino también en los políticos (hay una reunión en la ONU con Trump y Merkel), los hippies a quienes llaman “fumetas” y demás. Un mundo donde la ausencia de dinero rompe las jerarquías sociales y eso, desencadena el caos.

Es interesante algunas concepciones que el film dirigido de manera tripartita por Santiago O'Ryan, José Ignacio Navarro, Jorge Campusano hace, acerca del dinero o sobre el sistema. En los roles asumidos -y por ende parodiados- está el quid de la cuestión. La película no se posiciona de un lado u otro de la grieta del sistema sino en la grieta misma.

Una película desbocada, delirante y excesiva por momentos que, claramente, no es para todo el mundo. Aunque el capitalismo tampoco lo sea. Se puede ver en CINEAR.