Holy Spider

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Holy Spider es una película ambientada en la ciudad sagrada de Mashhad en Irán. Cuenta la historia de la periodista Rahimi (Zar Amir Ebrahimi), que investiga los asesinatos de varias trabajadoras sexuales en manos del “asesino araña”, que cree cumplir una misión divina para limpiar la ciudad de pecadores. La película está basada en un asesino real y más allá de algunos cambios que se hicieron, la trama principal sigue los eventos ocurridos.

La película del director iraní radicado en Dinamarca Ali Abbasi es particularmente cruda y sin estridencias. Reduciendo al mínimo los recursos para construir la historia, generando una tensión mucho mayor en cada una de las escenas violentas desde el comienzo de la película hasta el cierre de la historia. Estéticamente no es minimalista, pero está despojada de todo aquello que podría ser un efecto dramático más allá de lo que aparece en pantalla. Este triunfo de puesta en escena impacta mucho más en el espectador.

Por supuesto la película no está filmada en Irán, sino en Jordania. A la historia de la periodista y el asesino se le agregan inevitables descripciones de un gobierno donde las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres y donde el terror no es sólo por los asesinos de mujeres, sino por una sociedad donde reina el sexismo absoluto. Como confirmación de esto, luego de que la protagonista, Zar Amir-Ebrahimi, nacida en Irán, ganara el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cannes, funcionarios iraníes la acusaron a ella y al director de “blasfemia”. Algunos incluso han ido más allá, pidiendo su ejecución. La Organización de Asuntos Cinematográficos y Audiovisuales de Irán, que opera bajo los auspicios del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica, emitió un comunicado calificando la película de “obscenidad desvergonzada”.

Más allá del contenido político del film, sus méritos son narrativos y puramente cinematográficos. Una película difícil de ver, perturbadora, ambientada en la sociedad iraní, pero con elementos que serían igualmente impactantes en cualquier otro tiempo y lugar. Siempre es mejor para una película con contenido político, tener una calidad por encima del promedio, de lo contrario no solo se ve afectada la película sino también sus ideas del mundo.