Hitchcock: el maestro del suspenso

Crítica de Santiago García - Leer Cine

UN MISTERIO DENTRO DE OTRO MISTERIO

En Hitchcock se intenta describir la personalidad del mítico director inglés y su matrimonio con Alma Reville, a la vez que se narra el proceso creativo que lo llevó a Psicosis. La superposición de temas resulta demasiado para este pequeño film.

Meterse con Alfred Hitchcock es meterse en problemas. ¿Qué posibilidades tiene un director desconocido de salir airoso de un proyecto que tiene al director inglés en el centro? Pocas, sin duda. Nadie le pide a Gervasi que sea un genio fundamental de la historia del cine ni que haga una obra maestra. Qué nuestro amor por Hitchcock no nos lleve a odiar ni amar demás esta película.

Hitchcock arranca con el estreno de Intriga internacional (North by Northwest, 1959) y las dudas posteriores del director sobre qué proyecto llevar adelante. El film cuenta este proceso, los riesgos que asumió y, esto queda claro, la genialidad que tuvo para seguir adelante contra todos los prejuicios. En paralelo la película bucea en los miedos del director y describe su personalidad con un poco de morbo pero siempre con cariño. También busca analizar su matrimonio con Alma Reville, tratando de reivindicar fuertemente la figura de ella.

Demasiadas cosas al mismo tiempo, demasiados frentes muy complejos cada uno por separado, e inabarcables todos juntos. De dichos frentes el que mejor funciona es el del proceso de elección, desarrollo, filmación y estreno de Psicosis. Resulta incluso muy emocionante el momento del estreno. Y emociona porque nosotros sabemos que se trata de una obra maestra que cambiaría para siempre la historia del cine. Pero la emoción no es completa, como tampoco lo es el humor ni el interés por el protagonista. Esto se debe a varios factores, empezando por el protagonista, Anthony Hopkins, actor de probado talento que lamentablemente aquí realiza una de sus peores actuaciones (recordemos que también falló cuando interpretó a Picasso en el film de James Ivory).

Pero hay dos elementos de punto de vista que destruyen la potencia del relato. Es un tema que realmente interesa el matrimonio Hitchcock-Reville. Recordemos que la desconfianza dentro del matrimonio es una de las obsesiones de la carrera de Hitchcock (Rebecca, La sospecha, La llamada fatal, Cortina rasgada, entre otros títulos) y por lo tanto es divertido llevar eso a su propia vida. Pero el film, en su afán de reivindicar a Reville, comete el error de abandonar el punto de vista del director y dividir el relato entre ambos personajes. Eso le quita fuerza a la paranoia de Alfred y le quita toda la gracia. Es insólito que, habiendo estudiado a Hitchcock, no hayan respetado las enseñanzas del maestro del suspenso.

Pero lo peor es toda la subtrama del asesino serial en el cual se basó la novela Psicosis de Robert Bloch. Hitchcock despreciaba el realismo y que no había salido bien parado en la taquilla cuando hizo la película “basada en hechos reales” El hombre equivocado. Aquí, de forma lamentable, insisten sobre ese personaje de asesino de la vida real y lo hacen convivir con Alfred Hitchcock en la imaginación del director. Todas escenas son descartables y hasta me atrevería a decir que si se las quita del montaje no alteran la trama.

Pasemos para cerrar a los puntos positivos. La mencionada emoción funciona a pesar de la sobreactuación lamentable de Hopkins, y el humor con el que abre y cierra el film, también. El elenco, fuera de Hopkins –y del innecesario personaje del asesino, interpretado por Michael Wincott- es brillante. Brillante y desperdiciado en gran medida, a excepción de Alma Reville (Helen Mirren sin intentar jugar a las imitaciones) y Janet Leigh (Scarlett Johansson en la mejor actuación de su carrera). Además de bien interpretado, Leigh es un personaje luminoso, bello, inteligente, generoso. ¡Qué bien queda Janet Leigh en esta película! Lujos extras son Toni Colette como la secretaria de Hitchcock, James D´Arcy como Anthony Perkins (parecido hasta lo inquietante) , Jessica Biel como Vera Miles y Danny Huston como Whitfield Cook (guionista de Pánico en la escena y Pacto siniestro).

No debe haber proyecto más difícil para un director que retratar la genialidad de otro director. Alfred Hitchcock es, además, el más popular de los directores clásicos, con lo cual se hace aun más complicado. Hitchcock falla por las limitaciones del director y de la historia, pero no es tampoco una experiencia bochornosa. Siempre pensé como habrá sido presenciar el estreno de Psicosis. A partir de esta película ya lo sé.