Historias de miedo para contar en la oscuridad

Crítica de Bruno Calabrese - Cine Argentino Hoy

o que perdimos en los libros. Crítica de “Historias de miedo para contar en la oscuridad” de Andre Ovdal.InicioEstrenosLo que perdimos en los libros. Crítica de “Historias de miedo para contar en la oscuridad” de Andre Ovdal.

24 septiembre, 2019 Bruno Calabrese
Una grata sorpresa nos llevamos en el año 2016, cuando un director noruego irrumpió en el cine de terror mainstream. La cinta en cuestión era “La Autopsia de Jane Doe, protagonizada por Emile Hirsh y Brian Cox. Reconocida por Stephen King como una de las mejores películas del género de los últimos años, le valió a Andre Ovdal un reconocimiento importante dentro del mundo del cine. Es por eso que se esperaba con muchas expectativas el estreno de su nueva película, sobre todo cuando nos enteramos que en la misma también había metido mano el mexicano Guillermo Del Toro.

Tres años después y con el antecedente fresco, el director nos trae una película cuya premisa ya la hemos visto en el clásico “In the Mouth of Madness (1995)” de John Carpenter hasta en “Stranger Than Fiction” de Marc Foster (2006). Aunque de géneros totalmente distintos, ambos films tenían un concepto en común, eran historias de ficción que se iban escribiendo en un libro en paralelo con la película, donde los protagonistas ven que lo que aparece escrito es lo que les va a suceder a ellos. En este caso el film está basado en una exitosa serie de libros para adultos jóvenes.

Ambientada a finales de los años 60, Stella (Zoe Margaret Colletti) es una adolescente amante del horror que vive en una pequeña ciudad de los Estados Unidos. Su padre (Dean Norris) mantiene un techo sobre sus cabezas. Ambosa no han superado por completo la pérdida de la madre de Stella, que los abandonó varios años antes. Es la noche de Halloween, y sus planes con sus mejores amigos Auggie (Gabriel Rush) y Chuck (Austin Zajur) se interrumpen cuando unos acosadores los persiguen hasta un autocine donde se cruzarán con un recién llegado a la ciudad llamado Ramón (Michael Garza). Emocionados por poder eludir a los matones adolescentes, los cuatro se dirigen a una vieja casa en las afueras de la ciudad. Cada ciudad tiene una, una casa con una historia que se habla en patios escolares y cafeterías, pero los niños descubren que a veces los rumores se basan en la verdad. Stella toma un libro de la casa y mira aterrorizado mientras una historia aparece en la página en “tinta” roja, una historia que se hace realidad.

Los libros de Alvin Schwartz en los que se basa la pelicula, presentan historias recopiladas del folklore e ilustradas con una belleza grotesca de Stephen Gammell, y son esas imágenes las que captaron la atención del productor/coguionista Guillermo del Toro e hizo que se interesara en ellos. El director André Øvredal da vida a las inquietantes ilustraciones en blanco y negro con una película que reconoce el poder de las palabras y las imágenes, y el resultado es una película de terror que combina la familiaridad del género con creaciones únicas y aterradoras. . El guión, acreditado a Del Toro y Dan & Kevin Hageman, combina un comentario alegórico a lo largo de su historia, que de otro modo sería muy tradicional, y aunque a veces es un poco espeso, el efecto permanece. La historia directa muestra a los jóvenes adolescentes pagando el precio por entrar en una casa espeluznante, pero a partir de ahí están lidiando con el poder mortal de la historia a cuyo pasado de una familia comienza a pasar factura al presente de la ciudad. A medida que el mundo real envía a los hombres jóvenes a morir a Vietnam, mientras los estadounidenses se preparan para votar a Richard Nixon para que vuelva al cargo. Las historias son mentiras, mentiras destinadas principalmente a entretener, pero a veces el propósito es mucho más insidioso.

“Historias de Terror para Contar en la Oscuridad” es una interesante propuesta de terror que combina imágenes espeluznantes y una atmósfera asfixiante; cuya mano de Guillermo del Toro se nota en el diseño de los aterradores monstruos. Aunque por momentos se parece a un capítulo de la clásica serie adolescente de los años 90 “Escalofríos”, se vuelve un producto más serio y convincente cuando juega con la alegoría de la Guerra de Vietnam, las pérdidas humanas y los relatos que existieron alrededor del conflicto bélico. Dejando como resultado final una divertida película de terror adecuada para jóvenes y adultos por igual.

Puntaje: 70/100