Historias de caballos y hombres

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Instinto animal

Historias de caballos y de hombres (Hross í oss, 2014) podría haber sido una película muda. No porque no contenga sonido en sus imágenes, sino porque prescinde absolutamente de él para narrar sus distintos relatos. El gesto físico predomina el armado de un film donde lo visual es fundamental para entender la relación animal entre unos y otros.

La película de Benedikt Erlingsson (premiado director de teatro en Islandia) centra la vida en un paisaje rural poblado por una particular comarca cuya relación con los caballos (su dominio, utilidad y relación con el animal) es intrínseca para los individuos. Varias historias son contadas desde la óptica del caballo (cada relato comienza con el hombre reflejado en el ojo del animal o viceversa).

En el arranque del film, los planos de un caballo blanco, su pelaje, su torso, sus patas y hocico, nos ubican en el ojo del animal para, desde el reflejo del hombre que protagoniza el primer relato, comenzar la trama. Los planos y contra planos del animal describen la acción, algunas veces en relación con el humano, algunas veces con otro caballo. También los puntos de vista guían la narración en este sentido: tendremos planos subjetivos tanto de caballos como de hombres. De hecho será la descripción visual de la gestualidad humana en contrapunto con la del caballo, aquella que dará la “animalidad” a los comportamientos de unos en dependencia de los otros. La idea de manada, de celo, de furia, es expresada como rasgos indistintos de ambas razas.

Benedikt Erlingsson entrega una extraña película, con una banda de sonido termina de generar ese tono de rareza en el film, donde casi todo transcurre ante majestuosos paisajes de montaña con los caballos entre medio. Un homenaje a los habitantes del lugar (el realizador dedica la historia a su difunta madre) tanto humanos como a sus nobles animales.

Esta película islandesa se presenta como una fabula en la cual, el rasgo instintivo de unos y otros muestra, con un particular humor negro al inicio y con un extraño sentido del drama después, la supervivencia del hombre gracias al caballo.