Historias cruzadas

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

ELLAS TIENEN LA PALABRA

Está ambientada en la década de los 60 en Jackson, una ciudad de Mississippi, uno de los estados más racistas. El filme habla de la segregación y la intolerancia. Un tema que siempre permite un nuevo enfoque. La que cuenta los hechos es Abileen (Viola Davis) un empleada a domestica negra que relata sus dolorosas jornadas de trabajo en esa época de marginación y desprecio. Su interlocutora es una periodista blanca que entrevista a varias mucamas negras. Son testimonios anónimos, porque temen las represalias. El material se publica en un diario local y después en un libro. Y eso es todo un triunfo.

Más que un filme de protesta, es un melodrama que desecha las sutilezas y plantea las cosas de frente. Por más que desde la TV llegan imágenes de Kennedy y Luther King en esos años tan convulsionados, "Historias cruzadas" no es combativo. La novedad es que esta contado desde el mundo de esas empleadas tan maltratadas y eso seguramente le ha dado carta blanca al director para ensayar un desfile de excesos, subrayados y golpes de efecto. Cine básico, directo, con personajes de esquemáticos, matizado por media docena de escenas fuertes, con gente buena y gente mala, todo empaquetado en una película colorida, con algo de culebrón, pero que a veces divierte y a veces emociona y que deja ver el infierno de esas pobres mujeres, excluidas, desamparadas, llenas de tristeza y miedo. "Criamos esos niños con mucho amor, pero después, cuando se hacen grandes, ellos nos terminan maltratando", piensa una de ellas.