Historia de mi nombre

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

“Historia de mi Nombre” presenta una búsqueda de identidad personal y familiar, a través de archivos ajenos de la directora Karin Cuyul. Una pesquisa que persigue una fotografía y una lectura sobre varias instancias del pasado que no admite perdón ni olvido. Sin testimonios fotográficos de su infancia, en Antofagasta, retorna en su adultez a los lugares que vivió de niña y reconstruye un retrato íntimo y autobiográfico. Presenciamos un singular híbrido de cine documental de mujeres que cruza la variable política con la más personal. La película, de esta manera, recrea un gran viaje de familia acontecido en 1995, desde el Norte al Sur de Chile, en búsqueda de un intercambio que devela una travesía personal por la historia de Chile, un modelo de país y sus paisajes, paralelamente a una imagen romántica que se proyecta al mundo. Inspirándose en la figura de Karin Eitel -mujer emblemática que enfrentó la dictadura-, el film visibiliza el cambio abrupto de escenarios, desde el desierto árido chileno a la particular isla sureña que albergará los días de la joven (futura cineasta) en este amplio espectro, pueden verificarse algunos hechos vitales; no solo de la historia personal de la realizadora, sino de la historia política de Chile, proveyendo una interesante reflexión al respecto. A nivel narrativo y sonoro, es menester para Cuyul valerse del sonido ambiente que capte las diferentes capas y superficies del espacio físico que transita. Por enésima vez, percibimos un arduo viaje como excusa para abordar una discusión que reflexione sobre la realidad socio-histórica latinoamericana.