Historia de mi nombre

Crítica de Ando Fernández - Metafilmika

Sepultado en el tiempo
Perder todo en un incendio puede ser una de las peores cosas para experimentar, pero para Karin Cuyul y su familia, indagar en qué se perdió allí, puede ser mucho peor.
El documental Historia de mi Nombre (2020), se estrena este 24 de septiembre por la plataforma Puentes de Cine.
Tras el incendio de mi casa, regreso a los lugares donde crecí para reconstruir mis recuerdos de infancia. En este viaje emerge el recuerdo de Karin Eitel, mujer detenida y torturada en dictadura a quien debo mi nombre. Una historia de la que nunca hablaron mis padres, me acerca a Karin ya no sólo por mi nombre. De fondo, el recuerdo de una infancia en un país que reconstruyó su democracia omitiendo su propia historia.
Karin Cuyul reconstruye no solo su pasado sino que también nos adentra en una pequeña fracción de la historia chilena con el fin de descubrir no solo el por qué de su nombre, sino que también el por qué se teme tanto rememorar la historia misma.
El documental está narrado en primera persona por la realizadora acompañada por un excelente trabajo de montaje de imágenes y sonido, reconstruido con material de archivo tomado de conocidos y lugares de interés; material filmado en la actualidad que sirven para contraponer el antes y después de las locaciones visitadas, y breves entrevistas a sus padres. Si bien el trabajo sobre el sonido es bueno, la voz de Cuyul resulta monótona y carece de ritmo, lo que produce en el espectador una falta de empatía y una nula emotividad sobre lo que se cuenta además de que nunca queda muy clara su postura, lo que parece ser una posible falta de objetivo en la realización del mismo.
"Si bien los elementos son mostrados de forma ordenada y la información brindada se comprende en todo momento, la conclusión a la que Cuyul llega no tiene suficiente fuerza como para justificar todo el documental."