Histeria - La historia del deseo

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

Mujeres insatisfechas

Frivolidad, crítica social y el reflejo de una época de gran atractivo son las características fundamentales que se desprenden de la película “Hysteria”. Para los que creen que van a ver un filme plagado de contenido sexual, se equivocan. Antes de sentarse a ver la película, las expectativas responden al anuncio de la misma que alude a la invención del vibrador. Pero la temática preponderante es mucho más profunda que un juguete sexual. Situada en la Inglaterra del siglo XIX, el filme cuenta la historia de cómo el doctor Joseph Mortimer Granville (Hugh Dancy) inventó el primer vibrador eléctrico para tratar lo que entonces se llamaba “histeria femenina”. Al principio, el doctor trataba esta supuesta enfermedad con masajes pélvicos de forma manual, pero tuvo que abandonar la práctica por un calambre persistente en su mano. A raíz de esta situación, el doctor enfoca su tiempo en ayudar a Charlotte Dalrymple (Maggie Gyllenhaal) en su proyecto benéfico. “Hysteria” persigue la igualdad del hombre y la mujer, en una época donde ésta era limitada a hacer las tareas domésticas y no eran “atendidas” sexualmente por sus maridos. La situación se modifica cuando se dan cuenta que la histeria no es una enfermedad sino pura ficción, una sensación de insatisfacción que tenían las mujeres por culpa de sus maridos. En resumen, eran unas insatisfechas. Pero el filme va más allá de concebir la igualdad a nivel sexual ya que plantea el rol de la mujer en áreas como la política, el trabajo y la familia. Aún así, termina siendo una comedia romántica simpática pero que parece ser algo que no es y cuyo desarrollo argumental es irregular.