Hijo de Dios

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Versión enlatada de la vida de Jesús

"Hijo de Dios” es la adaptación a versión cinematográfica de la serie de TV “La Biblia”, producida por Mark Burnett y Roma Downey para History Channel, que fue un éxito en la temporada de 2013.
Dicen los realizadores que la serie surgió con la idea de llegar a las nuevas generaciones de televidentes para atraerlas a los temas bíblicos.
La película, dirigida por Christopher Spencer, tiene un explícito formato televisivo, desde el casting de actores, las locaciones con un moderado aunque evidente uso de tecnología digital, la banda sonora utilizada para acentuar algunos climas dramáticos, hasta la teatralización casi escolar de las distintas secuencias de la vida de Jesús, según las narraciones del Nuevo Testamento.
Al comenzar con un monólogo de Juan ya anciano recordando los hechos, el film da a entender que la versión se basa en el Evangelio de San Juan, quien tiene a su cargo también el cierre final del relato.
El guión alterna diálogos entre Jesús y sus seguidores con determinados sucesos destacados por los apóstoles, como hechos milagrosos y algunas frases de las más conocidas que se atribuyen al Mesías.
Paralelamente, se muestran las intrigas entre los patriarcas judíos, a quienes se los ve preocupados por la creciente influencia del hijo de María en la población, lo que perciben como una amenaza a las tradiciones y al poder que ellos representan. Problemas que llegan a los oídos del prefecto nombrado por Roma (Poncio Pilato), porque, como se sabe, los hechos sucedieron durante la ocupación de Jerusalén por parte de los romanos.
El enfoque hace bastante hincapié en las implicancias políticas que adquiere la figura de Jesús, en circunstancias en que el pueblo era expoliado por el poder imperial del César, lo que generaba protestas y revueltas. Al advertir los patriarcas que en torno de Jesús se reunían muchos pobladores descontentos con la situación, pensaron que Pilato podía ser un buen aliado para sacárselo de encima.
Como se sabe, a Jesús se lo somete a un juicio y termina siendo condenado y crucificado junto a ladrones, asesinos y maleantes, pero Pilato deja que la decisión la tomen los judíos.
El guión (a cargo del cuarteto compuesto por Richard Bedser, Christopher Spencer, Colin Swash y Nic Young) recurre en reiteradas oportunidades a ciertos toques de humor, sobre todo al retratar a los malvados, y se toma algunas leves licencias respecto de las Escrituras. El papel de Jesús fue confiado al ex modelo Diogo Morgado, cuya imagen parece salida de algunas estampitas estilo new age, aspecto que se vuelve un tanto bizarro y bastante gore en el momento de la crucifixión.
Como casi siempre sucede, entre los malos se pueden observar matices actorales más interesantes. A Pilato se lo muestra como un burócrata rezongón preocupado por su carrera y al centurión a quien Jesús le restituyó la oreja cercenada por uno de sus discípulos se le da también un tratamiento destacado. Los personajes de Pedro y de Judas aparecen, asimismo, con una mayor profundidad y no son tan esquemáticos como todos los otros.
Pero en general, es una versión bastante elemental y superficial, que seguramente no trascenderá más allá de un comentario de oficio.