Hijo de Dios

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Pasión americana

Adaptación de una serie producida por History Channel, nadie entiende muy bien esta enésima producción hollywoodense sobre el origen del cristianismo, con el portugués Diogo Morgado en el rol de Jesús de Nazaret. Cabe aclarar que parecen más de las que son: Cristo fue inicialmente retratado de modo oblicuo, como al pasar, en films como Ben-Hur, hasta que Rey de reyes, de Nicholas Ray, instaló la primera Pasión cinematográfica en 1961. La versión de 1977, conducida con rococó por Franco Zeffirelli, tiene la virtud de haber encontrado al modelo definitivo de Euro-Jesús en la figura de Robert Powell. Obviamente, luego llegaron versiones escabrosas: La última tentación de Cristo, de Scorsese, y La Pasión, de Mel Gibson. Hijo de Dios es por lejos la más mediocre de las adaptaciones y va dirigida al norteamericano de clase media, siempre listo a reafirmar sus valores. Una clave (y al mismo tiempo lo más destacable en la dirección del film) es la recurrencia a presentar a Roma como precursora del modelo imperial americano, la condescendencia de Pilatos con los súbditos judíos y su rechazo a la variante revoltosa, de fácil homologación con la actual situación en Medio Oriente. Casi perfecto para dogmáticos a rajatabla, muy pobre en términos cinematográficos.