Hija única

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Hija Única, el nuevo drama de Santiago Palavecino, es un intrigante relato sobre la identidad con la posibilidad de cierto componente sobrenatural rondando.
Juan antes no se llamaba Juan, creía que se llamaba Ezequiel cuando era joven y estudiaba cine. Ya de adulto descubre que durante la Dictadura fue apropiado y que incluso tiene unos años más de los que dice su documento. No obstante, el problema de identidad no lo va a tener sólo él. Años después de esta revelación, su hija Delfina tiene extrañas conductas en el colegio y empieza a creer que tiene dos madres. Mientras tanto Juan observa a su hija y la ve cada vez más parecida a alguien que amó en su juventud y falleció años antes incluso de que conociera a su actual mujer, Berenice. Será ella quien de a poco comience a sospechar que algo raro esté sucediendo, pero sin poder entender, alejándose cada vez más de la lógica.

Hija única es un rompecabezas que se va armando de a poco, construido de manera verosímil y con sumo cuidado más allá de su peculiar trama girando alrededor de la posibilidad de tener dos madres aun desde un punto biológico. Desde que en el 2017 (en esta película hay un futuro y muchos pasados, pero ningún presente) una joven vuelve a su pueblo natal tras haber vivido en el exterior la mitad de su vida y visita dos tumbas, la de una señora fallecida ya de anciana, y otra de alguien que bien podría ser ella, Palavecino irá y vendrá en los tiempos narrativos para contar una historia rodeada de misterios, muchas preguntas y no muchas respuestas.

Porque esa joven ya fallecida, Julia, fue la persona con la cual Juan tuvo un tórrido romance al mismo tiempo que acababa de descubrir su verdadera identidad. Ella ya no está pero al mismo tiempo siempre está presente, especialmente cuando él observa a su hija y cada vez le rememora más a aquel amor perdido.

Juan Barberini, Esmeralda Mitre, Ailin Salas y Carmela Rodriguez como la Delfina niña que esconde en sus ojos mucho más de lo que parece, conforman el elenco de Hija Única, un elenco que tiene como soporte principal a Barberini pero donde ninguno de los actores desentona. La banda sonora y algunas escenas contemplativas terminan de imprimir esa aura de misterio a este laberinto.

Hija única es un film intrigante con una trama que se va revelando de manera fragmentada hasta llegar a una resolución que se anima a dejar de lado algo de lógica para creer posible en algo de magia. Un retrato original sobre la identidad y la idea del doble, sobre la presencia eterna que una persona puede dejar en uno. Dirigida con sumo cuidado y dedicación, quizás un dilema más claro entre esa lógica y esa magia (ciencia y religión), algo así como sucede en la película de Mike Cahill, I, Origins, la hubiesen situado incluso más alto.