High life

Crítica de Fabio Albornoz - Ociopatas

La mítica realizadora francesa, Claire Denis, continúa experimentando y probando nuevos géneros a sus ya 73 años. Con “High Life”, su último film, se mete de lleno en la ciencia ficción, un terreno que para muchos autores sigue siendo interesante de abordar.

La directora de “Chocolat”, “Trouble Every Day” y “Un bello sol interior”, vuelve a reunirse con su habitual colaborador Jean-Pol Fargeau y suma a Geoff Cox, en la elaboración de un guión complejo. Protagonizan “High Life”, Robert Pattinson, que con Claire Denis sigue alimentando el muy buen curriculum de estos últimos años (ya filmó con Cronenberg, Herzog, los hermanos Safdie, entre otros). También está la extraordinaria Juliette Binoche, en su segunda colaboración con la directora.

“High Life” comienza ya en el espacio, con Monte y su hija bebé, a bordo de una nave espacial que antes supo estar ocupada por muchos tripulantes. A lo largo del film nos iremos enterando que paso con cada uno de ellos.¿Cómo seguir narrando la vida y la soledad en el espacio después de Kubrick y Tarkovski? Bueno, Claire Denis encuentra una bonita forma de hacerlo en “High Life”. Por esto sigue siendo un campo de interés para el cine con ínfulas intelectuales, porque el espacio es un escenario que permite abordar el existencialismo de la humanidad.

El optimismo de los primeros minutos muta rápidamente a una ciencia ficción oscura, retorcida y muy arriesgada, incluso para una directora valiente como Claire Denis. El sexo y la violencia se van adueñando de la densa atmósfera, al punto de que nos hace pensar una cosa: si David Cronenberg hubiese filmado una cinta en el espacio, sin dudas sería algo similar a esta.

No todo funciona bien en “High Life”: Hay algo en la relación de los personajes que es fallido, con no tanta profundidad para comprender comportamientos o actitudes, pero la película lo gana en belleza visual (una excelente fotografía de Yorick Le Saux y Tomasz Naumiuk), hermosos encuadres de Denis, y una simbología plena en cada escena.

El punto de vista inicia con un Robert Pattinson aportando sensibilidad como padre en cada una de las escenas. Luego de esa introducción, el film va adquiriendo una complejidad estructural desprendiendo diversas líneas temporales. Primero a modo de brevísimos flashbacks, nos enteramos
a cuentagotas la infancia del personaje de Pattinson y el motivo por el que estuvieron esos tripulantes en el espacio. Este tiempo esta diferenciado por la textura de la imagen, un claro fílmico y una paleta de colores grisáceas.

Finalmente “High Life” vuelve a romper ese presente para mostrarnos casi hasta el final de la cinta el pasado, cuando estuvieron todas las otras personas en la nave. Claire Denis no nos regala casi nada de información, y el acceso que tenemos a ella es a través de los saltos temporales. Allí comienza a tomar el timón del punto de vista, Juliette Binoche, quien con sus años de experiencia sigue arriesgándose en cada nuevo papel. Una actriz que se renueva y se aleja de cualquier posible zona de confort.

Más que interesante. “High Life” está lejos de ser una cinta tranquilizadora y fácil de digerir. Ciencia ficción retorcida, por momentos escalofriante, y un drama sobre la soledad, los lazos humanos, el sexo y la muerte