Hermia & Helena

Crítica de Aníbal Perotti - Cinemarama

Cuento de invierno

Matías Piñeiro amplía los horizontes formales y narrativos sin abandonar la esencia, la precisión y la elegancia de su cine. La mayor parte Hermia & Helena está filmada en Nueva York y hablada en inglés. La película está estructurada en una serie de interludios con deliciosos duetos que se cruzan por los caprichos del amor y del deseo. El título proviene de dos personajes de Sueño de una noche de verano, texto que traduce Camila durante una residencia de trabajo que la lleva de Buenos Aires a Nueva York. La película va y viene a toda velocidad entre los países y las estaciones del año. Las alegrías vertiginosas se convierten en crueles desilusiones: los diálogos etéreos, los movimientos dúctiles, las postales, las flores y los besos. La felicidad consiste en retener cada instante de los amores imposibles declarados entre dos puertas. La extraordinaria ligereza esconde un dolor discreto, una inquietud clandestina, la desesperación de los idilios de contrabando, una tristeza sutil y conmovedora.

La personalidad de Camila cambia de un modo inasible. Cada situación exige un funcionamiento específico, un reajuste del gesto y del discurso que se funden con su papel de traductora. En el centro de la película hay un día de invierno, un día de nieve en el que Camila, nacida ella también de un amor discontinuado, conoce a su padre. La insoportable banalidad del arte shakesperiano llega a su cumbre por la incapacidad de ponerse al día con lo que no ha ocurrido. El cineasta pone el acento en una serie de objetos que establecen el estado de ánimo de los personajes. Su estilo singular demuestra que hablar de la vida cotidiana no implica someterse a los códigos de representación clásica. Los episodios de la aventura vital de Camila conforman una exquisita trama rohmeriana que se alterna con sobreimpresiones, el original uso narrativo de la música y los diálogos acelerados que transgreden la transparencia. La película salta de un personaje a otro, cambia de dirección sin perder la armonía del conjunto y crea un diario lúdico y cautivante con una libertad asombrosa.