Hermanos

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

La funesta maquinaria industrial de Hollywood parece no saber de limitaciones, no es la primera vez (ni será la última), que retoman un texto fílmico de otras latitudes y la rehacen al uso propio.

En este caso el realizador irlandés Jim Sheridan (“Mi Pie Izquierdo”) adapta para el espectador estadounidense un film del mismo nombre realizado por la directora danesa Susanne Bier, en el año 2004.

Cuando se habla de adaptar, se esta poniendo en juego una serie de variables que hacen al lenguaje cinematográfico, de las diferencias entre Hollywood y el cine europeo.

Como ejemplo es muy común escuchar que tal o cual película es “lenta”, no voy a entrar en discusión sobre eso, sí tengo que decir respecto del tema de ajustar los tiempos narrativos a lo que han acostumbrado al público en general, y al yankee en particular, que la producción de Sheridan cumple con todos y cada uno de los puntos de quiebre necesarios y estipulados por la producción media hollywoodense.

Pero esto no sería importante, ni significativo, si no fuese por los cambios de discurso que instala el texto copia del original.

Un patrioterismo tonto, reaccionario en relación a una cuestión claramente antibelicista de la original.

También hay modificaciones en cuanto a los personajes, más que nada en su construcción, hay una marcada diferencia de edad entre los personajes de la europea, ya entrados en los treinta y pico largos, en relación a los veintipico de los personajes del film de Jim Sheridan.

Siendo honestos con el producto y sabiendo que la original fue muy bien recibida por la critica especializada, pero no tuvo la repercusión esperada en cuanto a cantidad de público, habría que decir que la apuesta de lo productores es buena, citar a jóvenes actores, consagrados, convocantes, como Jake Gyllenhall (Tommy) y Tobey Maguire (Capitán Sam Cahill), rodearlos de actores secundarios de la talla de Natalie Portman (Grace Cahill, la esposa), Sam Shepard (Hank, el padre) o Mare Winningham (Elisie, la madre), darle las riendas de la filmación a un conocedor del séptimo arte como Jim Sheridan, el resultado al que aspiran de recaudación parecería estar asegurado.

La historia se centra en un capitán de los marines, Sam Cahill, quien regresa de Afganistán después de mucho tiempo y de haber sufrido una experiencia atroz como prisionero de guerra, sólo para descubrir que lo habían dado por muerto.

En su ausencia, su hermano Tommy, vago y ex convicto, intenta hacerse cargo de la viuda, tal como el precepto bíblico, y con su accionar termina ganándose el corazón de la mujer de Sam, Grace y de sus dos hijas. Sam se imagina traicionado y reacciona con violencia.

Lo dicho buenas, actuaciones, buen diseño de arte, buena fotografía, muy buenos recursos técnicos, pero lejos de la original.