Hermanitos del fin del mundo

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

¡Salven la casa de los chicos!

Diego Topa y Muni Seligmann saltan desde la señal de cable de Disney Channel como atractivos iniciales en esta película, que luego suma unos cuantos materiales de divertimento extra durante su casi hora y media de duración.

Ambientada en la ciudad de ?Ushuaia y aprovechando el imponente marco paisajístico dado por las cúspides nevadas y la geografía marítima, la acción se traslada al interior de un amigable hogar de niños huérfanos. Allí, Pato y Pirucha (Topa y Seligmann), junto a la directora y su ayudante, velan por la contención y alegría de un grupo de chicos hasta que un obstáculo importante parece poner en peligro la continuidad de esa obra de bien.

Se trata de una disputa inmobiliaria, que alberga la triste posibilidad de tener que cerrar el hogar con todo lo que ello acarrearía. Para impedirlo, el grupo de amigos se pone en campaña para recaudar fondos y comprar el terreno, pero se enfrentan con una malvada ricachona que odia al lugar por una mala experiencia no resuelta, y quiere que lo borren de su vista.

Sin altibajos
Hermanitos del fin del mundo es una película recomendable por varias razones. Tiene una historia bien contada y sin altibajos donde los espectadores puedan aburrirse. Le suma a eso varios pasos de comedia musical, con canciones pegadizas además muy bien instrumentadas y cantadas por Topa y Muni.

Y a eso le agrega las encarnaciones de los personajes en general, que pivotean en torno al gran referente que le aportan los varios actores profesionales presentes en el elenco y que se dan muy bien a la historia, como Norma Pons, Fabio Aste y Elizabeth Killian, Mimí Ardú, Oscar Alegre, Tony Amallo y Gabriel Corrado.

Tiene algunas de las características del género de las series con musicales que muestra la televisión para chicos y adolescentes, pero le suma algo de color local de paso haciendo conocer aunque sea a través de lo visual una parte de la república Argentina.